El Parlamento Europeo dio luz verde durante su última sesión plenaria al primer paquete de simplificación regulatoria, conocido como ÓMNIBUS I. Lo que incluye es la reducción de las exigencias climáticas a pequeñas y medianas empresas. En un primer momento, se llegó a un principio de acuerdo entre los grupos que conforman la “mayoría proeuropea”, Populares, Socialistas y Liberales, para aprobarlo. Sin embargo, tras una ruptura de filas dentro de la familia socialista, el Partido Popular buscó el respaldo de los grupos de ultraderecha para que la medida prosperase.
En concreto, se aprobó la propuesta para que los umbrales de tamaño de las empresas sujetas a las normas de información de sostenibilidad corporativa y diligencia debida se eleven de forma significativa. Su planteamiento pasa por que solo estén obligadas a cumplir con esta medida las compañías que cuenten con más de 1.750 empleados y una facturación anual de 450 millones de euros. El Ejecutivo comunitario planteó en un primer momento que se estableciese la medida en la cifra de mil empleados.
De la misma forma, los populares querían limitar la información que las grandes compañías pueden solicitar a sus socios comerciales más pequeños. Sobre el plan de transición climática, se pide derogar sus disposiciones por considerarlas desproporcionadas, y se propone el establecimiento de un portal digital único para facilitar el cumplimiento de los informes. Ahora comenzarán unas negociaciones con el Consejo Europeo, que el PP espera que terminen antes de finales de año.
Al terminar la votación, Demócrata entrevistó a los eurodiputados españoles encargados de negociar la iniciativa por parte de sus delegaciones: el eurodiputado popular Adrián Vázquez (1982), el eurodiputado socialista José Cepeda (1968) y el jefe de la delegación española de Vox en el grupo de los Patriotas, Jorge Buxadé (1975).
¿Han cambiado las mayorías en Bruselas?
Adrián Vázquez (PP): Parece que hay grupos a los que antes se les denostaba por ser poco responsables y que hoy han votado lo que ha pedido el Partido Popular: menos burocracia, más simplificación para no destruir sectores económicos enteros y permitir que tanto Europa como sus empresas sean competitivas. En cambio, el grupo socialista, que ya bloqueó el voto del acuerdo hace un mes, hoy ha quedado fuera por sus problemas internos y su radicalidad ideológica. Gracias al Partido Popular Europeo, este acuerdo será mucho mejor para Europa y para sus empresas.
José Cepeda (PSOE): En términos generales, ha sido un punto de inflexión en la visión que veníamos desarrollando en los últimos años. Este posicionamiento deja en evidencia una estrategia que puede ser preocupante. El grupo socialista está a favor de cierta simplificación en algunos aspectos, pero otra cosa es utilizar esa excusa —la piedra que puso Von der Leyen— para desregular. Estamos a favor de simplificar, no de desregular. Este es el primer paso hacia la desregulación de materias muy importantes. El “Ómnibus I” tiene un compromiso ético con las cuestiones sociales.
Jorge Buxadé (VOX): Eso de la “mayoría proeuropea” es la forma que tiene la burbuja de Bruselas de justificarse. La mayoría siempre la decidieron los europeos el día de las elecciones. Parece que el Partido Popular Europeo ahora se ha dado cuenta de que tiene una mayoría alternativa, y lo ha visto porque se ha visto presionado por la realidad. Ellos no querían: querían seguir en esa gran coalición con socialistas, verdes y progresistas de toda Europa. Pero se han visto obligados porque sus votantes les están diciendo que no pueden continuar con el Pacto Verde destruyendo empresas. Se dieron cuenta en el último pleno en Estrasburgo, cuando se tumbó su pretensión, y ahora han acabado votando lo que nosotros les exigimos.
¿Cómo valoran el umbral mínimo acordado?
Adrián Vázquez (PP): El umbral no es lo más importante. Llevamos casi cuatro años de negociación para definir cuál era el correcto. Para mí, la clave está en cuántas empresas estarán obligadas a presentar este tipo de información no financiera. Solo las grandes tienen capacidad económica para hacerlo, y aún no sabemos cómo va a funcionar. Lo que no podíamos aceptar era lo que pretendía el grupo socialista y su ponente: imponerlo también a las pymes. No se lo podíamos imponer. Eso no tenía ningún sentido y habría destruido directamente sus márgenes de beneficio.
José Cepeda (PSOE): La responsabilidad civil ha quedado fuera; se han eliminado los planes climáticos nacionales. Todos estos pasos atrás, junto con el cambio en el ámbito de aplicación —de 1.000 a 1.700 empresas, casi la mitad—, son claramente regresivos. ¿Solo las grandes empresas tienen responsabilidad? En términos generales, son pasos hacia la desregulación. Esto genera inseguridad jurídica e incertidumbre en las propias empresas.
Jorge Buxadé (VOX): Nos parece injusto. Nuestro objetivo sigue siendo derogar todo el Pacto Verde y, por tanto, derogar estas dos directivas: la de responsabilidad corporativa y la de informes. Ese es nuestro objetivo, y lo vamos a conseguir. Creo que incluso en esta legislatura. El Partido Popular Europeo ha dado hoy un paso importante hacia el sentido común, pero le quedan cuatro años para entregarse y disolverse. Está llamado a desaparecer, y los millones de europeos que votan al PP acabarán votando a los patriotas.
¿Qué impacto calculan que tendrá en el ecosistema empresarial español?
Adrián Vázquez (PP): Lo que hemos aprobado hoy afectará a muy pocas empresas españolas —menos de 70, según he visto—, y la mayoría ya cuentan con departamentos de responsabilidad social corporativa muy avanzados y profesionalizados. Por tanto, el impacto será mínimo. Este acuerdo servirá para definir claramente hasta dónde deben ser diligentes las empresas en su respeto al medio ambiente y a los derechos humanos, algo que ya cumplen. Además, ayudará a que sigan siendo competitivas en un mundo globalizado, frente a empresas de países como China, que no respetan ni el medio ambiente ni los derechos humanos como sí lo hacen las nuestras.
José Cepeda (PSOE): El tejido empresarial español está sostenido principalmente por pymes, y la inmensa mayoría está muy comprometida con el medio ambiente. Han adaptado sus modelos energéticos desde hace tiempo. Este compromiso existe, pero ahora se genera incertidumbre.
Jorge Buxadé (VOX): El impacto es que todas esas empresas que antes estaban obligadas y ahora no lo están se ahorrarán aproximadamente un millón de euros al año. ¿Cuántos puestos de trabajo son eso? Ese ahorro permitirá a los empresarios generar más riqueza, crear empleo o incluso subir salarios. Todo esto se ha conseguido gracias a los patriotas.
¿Está la Unión Europea dando un paso atrás en su ambición climática?
Adrián Vázquez (PP): En política hay que hacer las cosas cuando se puede, no cuando se quiere. Ahora necesitamos estabilidad. No podemos pretender avanzar en cinco años lo que correspondería a cuarenta, porque eso nos haría retroceder setenta. Lo importante es avanzar hacia los objetivos climáticos de 2050. Desde el Partido Popular lo tenemos claro: cero emisiones para 2050, pero siguiendo nuestros tiempos. Hay que hacerlo bien, porque si corremos demasiado, destruiremos nuestra economía. No creo que sea un paso atrás, sino una forma de avanzar con equilibrio.
José Cepeda (PSOE): Si el Partido Popular sigue la línea que ha mostrado hoy, sin duda será un paso atrás. Están bastante divididos: hay miembros del PPE, especialmente de países con un fuerte compromiso climático, que no quieren retroceder. Cuando se votaron en Estrasburgo los compromisos climáticos más ambiciosos que los de hoy, hubo parlamentarios populares que querían acercar posiciones con los socialistas. Por eso, cuando se nos critica al PSOE, recordamos que también hay que mirar al PPE. Al final, la política climática forma parte de los pilares de la Unión Europea y debería estar por encima de las ideologías.
Jorge Buxadé (VOX): Yo creo que ahora sí se están dando pasos hacia adelante. Lo que fue un paso atrás fue el Pacto Verde, que ha resultado ser una máquina trituradora de empleos. Dijimos que era un plan de despidos masivos, y así está siendo: fábricas cerrando, empresas haciendo EREs, trabajadores en la calle, también en el sector primario, y ahora van a por el transporte por carretera. Es un desastre. Ahora toca recuperar el camino de la Europa de siempre: empleo, prosperidad y riqueza, olvidándose de los pactos verdes.











