Desde finales de mayo, la cifra de palestinos muertos en la Franja de Gaza mientras intentaban acceder a asistencia humanitaria ha superado las 1.850 personas, según los últimos datos proporcionados por la ONU. De estos, aproximadamente 1.021 fallecimientos ocurrieron cerca de los centros establecidos por la nueva entidad israelí encargada de controlar la distribución de ayuda.
La oficina de la ONU para los Derechos Humanos ha registrado, desde el 27 de mayo hasta el 17 de agosto, un total de 1.857 muertes, de las cuales 836 se produjeron en las rutas utilizadas por los camiones de suministros.
«La mayoría» de las muertes fueron causadas por disparos de las fuerzas israelíes, declaró Thameen al Kheetan, portavoz de la ONU, quien también ha reiterado la continua amenaza de una hambruna en el territorio. Según él, esta situación es «un resultado directo de la política del Gobierno israelí de bloquear la ayuda humanitaria», y ha enfatizado que los suministros permitidos son «muy por debajo» de lo necesario para satisfacer las demandas básicas de los habitantes.
Además, Al Kheetan calificó de «inaceptable» la visita de Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional de Israel, al prisionero palestino Marwan Barguti, criticando que este acto y la difusión de las imágenes infringen la «dignidad» del detenido.
«El Derecho Internacional requiere que todos los detenidos sean tratados de manera humana, con dignidad, y que se respeten y protejan sus Derechos Humanos», subrayó el portavoz, expresando preocupación de que este acto pueda «alentar la violencia» contra los prisioneros palestinos.















