Este lunes, la Comisión Europea ha lanzado una nueva estrategia destinada a potenciar las infraestructuras de investigación y tecnología en la Unión Europea, mediante un incremento de recursos, inversiones y la mejora de las instalaciones existentes. El propósito es facilitar un acceso más rápido y eficiente a los científicos, con el fin de colocar a Europa en una posición de liderazgo en innovación y excelencia científica.
Desde Bruselas se subraya la importancia de integrar recursos y evitar redundancias para no perder relevancia en la competencia global, especialmente en un período donde el coste y complejidad de estas infraestructuras es cada vez mayor. La cooperación y accesibilidad transfronteriza entre los países del bloque son puntos clave en este esfuerzo.
“Con la nueva estrategia, nos aseguraremos de que los científicos, investigadores e innovadores de toda Europa, incluidas las empresas emergentes y en expansión, tengan fácil acceso a instalaciones de última generación y servicios personalizados para desarrollar y probar sus productos y servicios”, explicó Ekaterina Zaharieva, comisaria de Empresas, Investigación e Innovación.
El Ejecutivo comunitario tiene como objetivo que las instalaciones europeas ofrezcan datos de alta calidad y servicios a medida, lo que además atraerá talento internacional y científicos de renombre que opten por Europa como su centro de operaciones científicas.
Las infraestructuras tecnológicas y de investigación, desde laboratorios hasta equipos avanzados como aceleradores de partículas, son descritas como fundamentales para la competitividad industrial y la autonomía tecnológica de la UE.
Dentro de la estrategia, se busca maximizar el uso de la digitalización y la inteligencia artificial en las infraestructuras, y asegurar un acceso simplificado y mejorado, incluyendo servicios especializados para empresas innovadoras, fomentando así el desarrollo y la integración de nuevas tecnologías en la sociedad y el mercado.
Además, se pretende atraer talento global y simplificar el marco regulatorio para favorecer las inversiones a largo plazo y sincronizar las prioridades entre los Estados miembros y otros actores relevantes.
