El Ejército israelí ha informado este lunes de una serie de bombardeos contra presuntos enclaves del partido-milicia chií libanés Hezbolá en el sur de Líbano. Entre los objetivos señalados figuran un campo de entrenamiento, diversas instalaciones de carácter militar y una base de lanzamiento desde la que, según las autoridades israelíes, Hezbolá prepararía ataques contra Israel, en contra del alto el fuego suscrito hace más de un año.
“Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han atacado recientemente (…) infraestructuras de la organización terrorista Hezbolá en varias zonas del sur de Líbano”, han anunciado las propias FDI en su cuenta en la red social X.
Según la versión difundida por el Ejército israelí, entre los blancos alcanzados se encuentra “un complejo de entrenamiento y ejercicios” que sería utilizado por una unidad del partido-milicia “con el fin de planificar y ejecutar planes terroristas contra las FDI y ciudadanos del Estado de Israel”.
“Además, se han atacado estructuras militares y una base de lanzamiento de la organización terrorista Hezbolá, utilizadas para promover planes terroristas”, ha reiterado el Ejército israelí, que vincula estas infraestructuras con futuras operaciones contra territorio israelí.
En su comunicado, las FDI sostienen que los puntos bombardeados “constituyen una violación de los acuerdos entre Israel y Líbano”, al presentarlos como instalaciones “previos a una operación contra el Estado de Israel”. Al mismo tiempo, han insistido en que “seguirán actuando para eliminar cualquier amenaza contra el Estado de Israel”.
Tras conocerse la ofensiva, el diario libanés ‘L’Orient-Le Jour’ ha informado de al menos seis incursiones aéreas en las inmediaciones de Iqlim al Tufa, en la región de Nabatiye, así como de disparos de ametralladora en la localidad de Aitarun, próxima a la frontera. Hasta el momento, las autoridades de Líbano no han comunicado víctimas.
Desde el alto el fuego de noviembre de 2024, Israel ha llevado a cabo decenas de ataques aéreos en territorio libanés alegando que se dirigen contra actividades de Hezbolá y defendiendo que estas operaciones no vulneran el acuerdo. Sin embargo, tanto el Gobierno de Beirut como el propio grupo chií han cuestionado con dureza estos bombardeos, que también han sido objeto de condena por parte de Naciones Unidas.
El pacto de alto el fuego establecía la retirada de efectivos de Israel y de Hezbolá del sur de Líbano. No obstante, el Ejército israelí mantiene cinco posiciones en territorio de su país vecino, un despliegue que ha generado críticas constantes por parte de las autoridades libanesas y del partido-milicia, que reclaman el desmantelamiento de estos puestos.










