Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, ha declarado en el Congreso que reducir o privatizar los servicios públicos a cambio de favores particulares constituye una forma de corrupción que, aunque legal, perjudica gravemente al país. Durante su intervención, enfatizó que la corrupción en España adopta varias formas, incluidos los casos que implican a partidos políticos que comprometen estos servicios por beneficios económicos o políticos.
En su discurso, que se extendió por más de una hora, Sánchez criticó especialmente a las administraciones del PP en distintas comunidades autónomas por su gestión de los servicios públicos, acusándolas de favorecer los intereses privados. Destacó que, bajo su mandato, se han transferido más de 300.000 millones de euros a las comunidades, intentando mejorar la calidad de los servicios públicos que, según él, sigue deteriorándose por una cuestión ideológica más que económica.
Además, señaló a la Comunidad de Madrid por destinar una gran parte de su presupuesto de sanidad a empresas privadas, como Quirón, y describió a Madrid como un casino donde Quirón siempre gana. Sánchez también criticó la gestión de la Junta de Andalucía por no mejorar las infraestructuras sanitarias públicas y favorecer fiscalmente a las clases más altas.
Finalmente, el presidente exigió mayor transparencia por parte de las comunidades autónomas en la publicación de datos sobre sanidad, educación y dependencia, para que la ciudadanía pueda entender cómo se están utilizando los recursos estatales.











