Hay enfermedades silenciosas, que no causan dolor ni dan señales de alerta, como la diabetes.
Entre estas, tenenemos la diabetes tipo 1, una enfermedad autoinmune que destruye las células beta del páncreas, responsables de la producción de insulina. (1, 2, 3, 4)
Se trata de la patología crónica más frecuentes en la infancia lo que supone para estos niños que pierden muchos años en los que podrían haber disfrutado de una buena salud. (5, 6)
La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune progresiva, con una prevalencia en rápido crecimiento en todo el mundo, que pone en riesgo la vida de personas que la padecen.
Esta enfermedad es probable que surja en personas genéticamente predispuestas a un desencadenante medioambiental, como infecciones víricas y factores dietéticos, que pueden producir un ataque autoinmune de los linfocitos T autorreactivos a las células beta del páncreas. (8)
Gracias a la investigación, se sabe que la diabetes tipo 1 comienza, de manera silenciosa, meses o incluso años antes de que se observen los primeros síntomas. (9)
La diabetes tipo 1 se manifiesta en tres fases o estadíos (10):
Etapa 1: presintomático, los niveles de glucosa en sangre están en valores normales (normoglucemia).
Etapa 2: la persona sigue estando asintomática, pero la función de las células beta ya está disminuida y los niveles de glucosa en sangre se empiezan a alterar (disglucemia).
Etapa 3: el aumento de los niveles de glucosa en sangre da lugar a la hiperglucemia y a la aparición de la diabetes clínica con la sintomatología característica: aumento de la sed, micción frecuente, pérdida de peso inexplicable y fatiga generalizada.
Cuando la enfermedad muestra sus síntomas, lo que se conoce como el debut clínico, puede derivar en cetoacidosis (CAD), una condición metabólica grave, potencialmente mortal, que ocurre cuando el cuerpo no tiene suficiente insulina para permitir que la glucosa entre en las células y se utilice como fuente de energía. Este evento, a menudo, requiere ingreso en la unidad de cuidados intensivos y puede suponer consecuencias físicas y metabólicas de por vida.
En el caso de los niños que debutan con cetoacidosis, se ha observado que tienen peor desarrollo neurocognitivo comparado con niños sin diabetes. (6)
En España, el 58% de los debuts son con cetoacidosis diabética y el 1,4% son con cetoacidosis y coma. En 2023 más de 7.800 menores de 16 años presentaron CAD en España. (11) El retraso en el diagnóstico es clave en la prevalencia de la CAD y son necesarias actuaciones sanitarias para la detección precoz de la DT1. (12)
Conocer el diagnóstico suele ser un momento traumático para las personas con diabetes y sus familias, independientemente del debut. Necesitan adaptarse rápidamente a una vida con una patología crónica como es la diabetes tipo 1. (13, 14)
Si no se controlan los niveles de glucosa, la hiperglucemia (glucosa alta) puede provocar complicaciones de salud a medio y largo plazo (16, 17):
En el caso de la hipoglucemia (glucosa baja) puede provocar desmayos, pérdida de conocimiento, coma e incluso la muerte.
Una persona puede debutar con diabetes tipo 1 en cualquier momento de su vida.
La mitad de los casos de diabetes se suelen diagnosticar en estas edades.
Es el rango de edad donde se concentran la mayoría de los debuts.
Medición frecuente de glucosa. Es necesario monitorizar los nivles de glucosa las 24 horas del día, ya sea mediante pinchazos en los dedos o con sensores cutáneos.
Administración de insulina. Hay que inyectarse insulina o utilizar bombas infusoras para corregir los niveles de glucosa.
Frecuencia de inyecciones. Las personas con diabetes tipo 1 deben pincharse más de 65.000 veces a lo largo de su vida.
Las personas con diabetes tipo 1 toman al día 180 decisiones sobre la gestión de su enfermedad, lo que es especialmente difícil para los niños y adolescentes.
Saber manejar bien la diabetes es esencial para prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida. (20, 21, 22)
Requiere una gestión 24/7. Se estima que, de media, una persona con DT1 puede llegar a tomar 180 decisiones diarias relacionadas con su salud. (23)
El impacto psicológico del diagnóstico y la preocupación por la salud y la gestión constante de la enfermedad puede causar estrés y ansiedad a la persona que la sufre y su entorno. (24)
La persona con diabetes y sus familiares deben realizar ajustes significativos en sus rutinas y hábitos para adaptarse a la nueva realidad. Puede impactar el desempeño escolar y laboral, debido a las necesidades de manejo de la enfermedad y en ocasiones acarrear discriminación y estigmatización afectando la inclusión social. (25)
Las visitas médicas, el coste de los medicamentos y los dispositivos para el monitoreo de la DT1, junto con sus suministros asociados, pueden suponer una carga para el individuo y su familia. También puede acarrear una pérdida de productividad tanto para la persona que la padece como para sus cuidadores. (26)
Tener herramientas para la detección temprana de la diabetes tipo 1, incluso antes de que la enfermedad se manifiesta supondría un ahorro de costes a corto, medio y largo plazo para la sanidad pública.
El coste anual por paciente ronda los 27.274€ anuales. (31)
Se estima que el coste de una hipoglucemia severa que necesita hospitalización es de 4.500€.
El coste anual por paciente ronda los 27.274€ anuales, lo que supone más de 4.000 millones de euros. (31)
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