Ecologistas en Acción ha señalizado este jueves que el olivar super intensivo establecido en la finca Hato Blanco de Aznalcázar está obstruyendo la restauración del Caño Guadiamar según su curso originario, una acción clave incluida en el programa Marco sobre Doñana y vista como esperanza para la mejora de los recursos hídricos del área protegida.
Según ha comunicado la entidad ecologista, la gran esperanza de recuperar los aportes hídricos de Doñana dependía de la restauración del Caño Guadiamar a su curso original, actualmente ocupado en gran parte por la finca Hato Blanco. Sin embargo, esa área de la marisma de Doñana ahora se ha convertido en un olivar superintensivo, eliminando así la última oportunidad de restaurar la hidrología natural del espacio natural.
En cuanto al Caño, su recuperación se planificó dentro de las propuestas del programa Marco sobre Doñana, pero poco a poco se ha ido dejando de lado y no parece que se vaya a realizar, al menos no recuperando su trazado original, ahora tomado por estos cultivos superintensivos.
MILES DE OLIVOS
Los encargados de la finca Hato Blanco van a poner en producción miles de olivos superintensivos continuando con la explotación excesiva del acuífero de Doñana y del saqueo del Guadiamar, con el respaldo de las administraciones Central y Autonómica, una responsable de proveer el agua y la otra de permitir la transformación de la marisma en cultivos leñosos.
La demanda de agua del olivar superintensivo es brutal. En zonas de campiña se requieren cerca de 2.500 metros cúbicos por hectárea, pero en la marisma, la demanda se incrementa para contrarrestar la salinidad del suelo, duplicando esa cifra. La finca cuenta con una balsa de más de 1 hectómetro cúbico que se abastece de aguas concesionales y que hasta hace poco se complementaba con extracciones ilegales del acuífero, llevando a juicio a los responsables.
LA CONDENA POR LAS EXTRACCIONES
La condena a los administradores de la finca Hato Blanco Viejo por delitos contra el medio ambiente y de daños al dominio público hidráulico sigue pesando, cometidos por extraer del acuífero que abastece al Parque Nacional de Doñana aproximadamente el doble del agua autorizada para riegos en su propiedad.
Los ecologistas indican que el agua de Doñana ahora beneficia a olivares superintensivos que perjudican a los agricultores pequeños y medianos de Andalucía, quienes observan cómo los precios de referencia del aceite caen a medida que se suman al mercado las producciones de estos olivares superintensivos y ya no logran cubrir los costes de producción, provocando el abandono de tierras y la pérdida de actividad en la Andalucía rural.