La líder del PP y presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, ha manifestado que la designación de Pedro Casares, dirigente del PSOE en la región, como delegado del Gobierno ha sido realizada ‘sin ningún recato’ ni ‘el menor escrúpulo’, y sostiene que no busca el ‘interés general’ de Cantabria, sino que se orienta a convertir la delegación en un ‘trampolín electoral’ para el político socialista, previamente diputado en el Congreso.
‘Yo creo que esto es sanchismo en estado puro’, declaró Buruaga al ser consultada por los medios acerca del cambio en la representación estatal en Cantabria, anteriormente en manos de Eugenia Gómez de Diego, quien participó recientemente en el acto por el Día de las Instituciones, momento en que ‘ya había cierto tufo o cierto olfato de todo esto’, según la presidenta.
Posteriormente, criticó ‘la ocupación de las instituciones, que son de todos, en beneficio propio’ y, en particular, ‘del Partido Socialista’. En su visión, la designación de Casares ilustra ‘la utilización de la Delegación del Gobierno como un trampolín electoral del secretario general de los socialistas’, quien, según indica, ‘está pensando, valorando o meditando proyectarse como futuro candidato’ en las elecciones autonómicas programadas para mayo de 2027, después de ganar las primarias de febrero y tomar en marzo el liderazgo del partido.
‘La historia se repite, porque no es la primera vez, y no precisamente para el bien de Cantabria’, agregó la presidenta regional, aludiendo al nombramiento anterior de Zuloaga como delegado del Gobierno antes de las elecciones de 2019.
Por ello, Buruaga sostiene que Casares, que ‘hasta ahora ha estado bastante más preocupado por defender a (Pedro) Sánchez que a Cantabria, no viene a servir, sino a servirse’ y tampoco ‘a defender y a promocionar los intereses de Cantabria, sino a promocionar su propia posición’.
Además, agregó que el socialista llega para ‘confrontar’ con el Gobierno autonómico y a ‘hacer oposición’ a la presidenta regional, cuando ‘esas no son las funciones de la Delegación del Gobierno’ sino del PSOE.
Finalmente, Buruaga espera y demanda del nuevo delegado ‘lo que hasta ahora no ha habido: lealtad y respeto institucional’ hacia el Gobierno autonómico y el ‘cumplimiento de los compromisos con los cántabros, que hasta ahora ha brillado por su ausencia’.
‘Espero que haga algo más que ser escudero y emisario de Pedro Sánchez en Cantabria y que en lugar de hacer de aplaudidor de todas las decisiones que nos dañan, haga frente común -no con el Gobierno de Cantabria, pero sí con Cantabria- para reclamar igualdad de trato, cortar de raíz el cupo separatista que aniquila nuestra autonomía, desbloquear los proyectos estratégicos o el traspaso de competencias que están atascados y, sobre todo, para empujar la larga lista de reivindicaciones pendientes’ en materia de infraestructura, concluyó Buruaga, subrayando que espera todo esto ‘con hechos, plazos y presupuestos’, no solo con ‘propaganda’.