Los votos de PP, Vox y Podemos rechazan la proposición para el traspaso de competencias migratorias a Cataluña

La proposición no logra el respaldo suficiente y se da por decaída en el trámite parlamentario

La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras (d), durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, a 17 de diciembre de 2024, en Madrid | Fernando Sánchez / Europa Press

La proposición de ley impulsada conjuntamente por el PSOE y Junts para transferir a la Generalitat de Cataluña competencias en materia de migración ha quedado oficialmente decaída en el Congreso de los Diputados tras no obtener los apoyos necesarios, tal y como era de esperar. La iniciativa, que había suscitado un intenso debate político en las últimas semanas, se ha topado con el rechazo de buena parte de los grupos y la división interna en el seno de Sumar. En concreto, han votado en contra: PP, Vox, Podemos, UPN y los diputados de Sumar Alberto Ibáñez (Compromís), Jorge Pueyo (Chunta Aragonesista), Esther Gil y . En el sí se han colocado: PSOE, Junts, ERC, PNV, Eh Bildu, CC y la mayoría de Sumar.

Una iniciativa de alto voltaje político

La propuesta buscaba abrir la puerta a un modelo de gestión compartida que permitiera a Cataluña asumir funciones en la regulación de los flujos migratorios, en la expedición de permisos y en políticas de integración. Para Junts, se trataba de un paso clave en la estrategia de ampliar el autogobierno catalán y de situar el debate migratorio en el ámbito competencial de la Generalitat.

El PSOE defendió el texto como un “ejercicio de federalismo pragmático” y un intento de adaptar las políticas migratorias a las realidades territoriales, aunque dentro del marco de la Constitución. Sin embargo, desde el inicio se advirtió de la dificultad de conciliar apoyos más allá de los socios de investidura.

Rechazos y fracturas

La proposición fue cuestionada con firmeza por PP y Vox, que la calificaron de “inconstitucional” y de “cesión peligrosa” que fragmentaría la política migratoria nacional. También recibió críticas desde formaciones nacionalistas que, pese a compartir la defensa del autogobierno, consideraban inviable la descentralización de un ámbito tan sensible y sujeto a normativa europea.

Podemos, por su parte, anunció pronto su rechazo firme a la proposición, postura de la que no se ha movido pese a las críticas de otros grupos de la izquierda como ERC o Bildu. Por su parte, la cuestión desataba debate interno en Sumar: mientras la dirección del grupo apostaba por respaldar el acuerdo entre PSOE y Junts, Compromís y otros aliados territoriales se desmarcaron y anunciaron su voto en contra. Estas fracturas en la izquieerda restaron los apoyos clave que habrían permitido a la proposición superar el umbral mínimo para continuar su tramitación.

Consecuencias políticas

Con el decaimiento, el texto queda archivado y se cierra, al menos por ahora, la posibilidad de avanzar en la descentralización de competencias migratorias. Para Junts supone un revés en su estrategia negociadora en el Congreso, mientras que para el PSOE representa una derrota en la búsqueda de mayorías parlamentarias estables.

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