Con 170 votos a favor, 162 en contra y 16 abstenciones, el Congreso ha reprobado a la ministra de Igualdad Ana Redondo. Un acto que ha partido de la moción de interpelación debatida en el pleno a instancias del PP sobre la protección de las víctimas de violencia de género. La reprobación a Redondo llega en plena polémica por los fallos detectados en las pulseras antimaltrato que también ha protagonizado la sesión de control.
Con la reprobación de la ministra, el grueso de los diputados ha expresado de forma oficial su desaprobación hacia la gestión de Redondo. Este gesto político de censura carece de efectos jurídicos vinculantes, aunque aumenta la presión sobre Sánchez para que altere la composición del Gobierno. La medida ha salido adelante gracias a los votos a favor de PP, Vox y la abstención de Junts y PNV.
En declaraciones en los pasillos de la Cámara Baja, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha pedido que junto a la Redondo, el presidente del Gobierno valore la idoneidad de cesar también al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska o al ministro de Justicia, Félix Bolaños, a los que considera corresponsables.
Para Feijóo, en este caso han concurrido «la negligencia, la indolencia, la ocultación, la reincidencia y la mala fe», de un Ejecutivo al que pide transparencia y responsabildiades. «Hay razones de sobra para que el Gobierno ofrezca más respuestas», ha sentenciado. Mientras, el Gobierno cierra filas con Redondo. Tras la reunión del Consejo de Ministros, la portavoz, Pilar Alegría, denunció con «rotundidad» la «postura indecente del PP» al lanzar bulos y «jugar con el miedo de mujeres vulnerables».