El Consejo de Ministros de este martes aprobará en primera vuelta el Anteproyecto de Ley Antitabaco, uno de los buques insignia de la ministra de Sanidad, Mónica García. La iniciativa ampliará los espacios libres de humo y equiparará los cigarrillos electrónicos al tabaco convencional, con lo que se prohibiría vapear en terrazas y otras zonas como playas o marquesinas de autobús. Sin embargo, la norma llega más descafeinada de lo que García pretendía ya que, por discrepancias con su socio, el PSOE, se ha caído el empaquetado genérico.
¿Dónde se podrá fumar y dónde no?
El anteproyecto prohibirá fumar en todos aquellos espacios que cumplan dos requisitos: que concentre gente y que alguien pueda inhalar humo de forma voluntaria. Es decir, de prosperar y aterrizar finalmente en el BOE, no estará permitido fumar en las terrazas de los bares o incluso en espacios al aire libre como playas.
Tampoco se podrá fumar en vehículos de uso laboral; espacios docentes, incluidos los patios de recreo, institutos y campus universitarios; instalaciones deportivas; piscinas de uso colectivo; salas de fiesta en exteriores y marquesinas de autobús.
Además, tal y como anunció la ministra de Sanidad en junio ante la Comisión de su rama, incluye una nueva normativa para equiparar el uso de dispositivos alternativos al tabaco convencional, esto es, cigarrillos electrónicos y productos relacionados. En consecuencia, donde no esté permitido fumar, tampoco se podrá vapear.
“No existe el tabaco saludable. No hay evidencia de que el uso de dispositivos alternativos reduzca la adicción al tabaquismo”, argumentó García. “Parece que lo que se vapea no se inhala…”, añadió, advirtiendo además que se pondrá coto al tabaco calentado para evitar que el sector aproveche “esta laguna” para captar nuevos consumidores.
En este sentido, fuentes de Sanidad consultadas por Demócrata confirman que próximamente se aprobará un Real Decreto sobre saborizantes y bolsitas de nicotina.
Sin empaquetado genérico
Si bien Sanidad mantiene el grueso de lo que pretendía ser una normativa muy ambiciosa, por discrepancias con el PSOE se ha caído del texto el empaquetado genérico, que consiste en determinar un color estándar, una tipografía genérica y advertencias sanitarias para limitar el atractivo del producto. De esta manera, tan solo se mantendría el nombre de la marca y el producto con un estilo simple y genérico.
Asociaciones como Nofumadores,org tiempo ha que solicitan esta medida para reducir el consumo del tabaco. En una carta pública recuerdan que “la industria del sector dice que no hay pruebas de que las cajetillas genéricas reduzcan el consumo”, pero apuntan que “su vehemente oposición sugiere que no se creen su propia afirmación”.
¿Y ahora qué?
Tras la primera vuelta, el Anteproyecto de Ley Antitabaco tendría que recibir el visto bueno del Consejo en una segunda vuelta para ser remitido a las Cortes Generales y continuar su tramitación parlamentaria habitual.