En un emotivo acto celebrado en Ermua, Vizcaya, Marisol Garmendia, delegada del Gobierno en el País Vasco, ha reiterado la importancia de «preservar la memoria exige mantener viva la conciencia democrática de una sociedad vasca que todavía tiene deberes pendientes» y ha enfatizado que «la voz de las víctimas seguirá siendo la brújula moral de nuestra democracia».
El Día de la Memoria, que tiene lugar cada 10 de noviembre, ha visto reunidos no solo a autoridades locales como la alcaldesa de Ermua, Beatriz Gámiz, y el director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, sino también a representantes de asociaciones de víctimas y otros invitados destacados en el Izarra Centre.
Durante su discurso, Garmendia ha destacado «nos convoca a tres compromisos esenciales: memoria, reconocimiento y compromiso», subrayando la necesidad de recordar y dignificar a cada víctima por su nombre e historia. Además, ha hecho un llamamiento a mantener un firme compromiso político para defender los derechos fundamentales y asegurar justicia y reparación para las víctimas.
Parte de su intervención fue dedicada a alabar la labor de los grupos pacifistas y movimientos cívicos, mencionando a figuras como Cristina Cuesta y Imanol Zubero por su valentía y compromiso con la paz y el diálogo en el País Vasco. Además, ha recordado el papel de los Escolapios de Bilbao, quienes han educado a jóvenes en valores democráticos y de paz durante décadas.
Garmendia también ha destacado el trabajo del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo en la educación y ha expresado su confianza en que la comunidad educativa vasca continúe colaborando estrechamente con esta institución.
Finalmente, ha agradecido a todos los presentes en el Día de la Memoria por su contribución a mantener viva la memoria y ha concluido con un llamamiento a defender la libertad y la democracia frente a cualquier forma de extremismo.
