«Hemos constatado que no hay confianza suficiente». Con estas palabras Carles Puigdemont ha comunicado la ruptura de relaciones con el PSOE (y el Gobierno, de facto). Una postura que se someterá a consulta de la militancia durante este miércoles y jueves y que la cúpula de Junts ha tomado de forma unánime esta mañana.
«Con una parte solo no es suficiente. El PSOE ha considerado que sus tiempos y sus plazos eran los únicos válidos ignorando su debilidad parlamentaria y no ha hecho caso de los avisos y señales que les hemos enviado en los 22 meses de trabajo y en las 19 reuniones en Suiza«, ha aseverado en una rueda de prensa desde Perpiñán el líder de Junts.
«No hay voluntad del PSOE para ejecutar los compromisos ni en tiempo, ni en forma», ha reiterado. «Hemos tenido paciencia», ha asegurado Puigdemont, a la par que ha lamentado haber tenido que llegar a este escenario de ruptura. «Queríamos demostrar por la vía de los hechos, que valía la pena, seguir destinando tiempos y esfuerzos», ha sentenciado.
En este sentido, el líder independentista ha afirmado que ya no pueden seguir dando por válida la vía abierta hace dos años y que cristalizó el conocido como «Acuerdo de Bruselas», que posibilitó la investidura de Pedro Sánchez. «Pasamos a ejercer la oposición», ha señalado, tras confirmar que si las bases de su partido ratifican la postura adoptada por al Ejecutiva, «el Gobierno no podrá recurrir a la mayoría de la investidura, ni tendrá PGE«.
Desde Francia, Puigdemont ha evidenciado la situación de debilidad en la que queda del Gobierno de coalición y los socialistas: «Podrán ocupar sillones, pero no podrán gobernar». Además, ha instado al PSOE a reflexionar de qué manera piensan gobernar el país tras el cambio de paradigma.
A lo largo de su intervención, Puigdemont ha enumerado todos los compromisos incumplidos por parte de los socialistas y que han llevado a su partido a tomar esta decisión: balanzas fiscales, reincorporar la multirreincidencia en el Código Penal … Sin embargo, no ha hecho una mención explícita a la implementación del uso del catalán en las instituciones comunitarias, que ha sido una de las grandes batallas del independentismo.
Contra PP y Vox
Puigdemont también ha confesado que hace dos años percibió el acuerdo con el PSOE como una «oportunidad de la democracia» para que en algún momento llegara el día en que pudieran alcanzar un acuerdo que «plantease el ejercicio del derecho a la autodeterminación, sin represión, como no ocurrió en 2017».
El presidente de Junts ha acusado al PSOE de contribuir a la descatalanización de las instituciones y de aliarse con PP y Vox en detrimento de su partido: «No estamos dispuestos a seguir ayudando a un Gobierno que no está dispuesto a ayudar a Cataluña».
PSOE: “Mantenemos la mano tendida y el diálogo sigue siendo nuestra mejor baza»
Por su parte, el PSOE ha respondido a la rueda de prensa de Junts recordando que mantiene “la mano tendida” y que el diálogo “sigue siendo la mejor baza” del Gobierno y del partido. “Así entendemos la política, como un instrumento para tender puentes, y así seguirá siendo”, subraya la formación en declaraciones difundidas tras la comparecencia de los independentistas catalanes.
Los socialistas aseguran que tanto el Gobierno como el PSOE están “cumpliendo lo pactado” y añaden que “en lo que está en manos de otros, estamos trabajando para que se cumpla”.
Desde Ferraz también remarcan su “absoluto respeto” al funcionamiento interno de cualquier partido político, en referencia a la reunión de la ejecutiva de Junts celebrada en Perpiñán.
