En una intervención en Santander, Emiliano García-Page, mandatario de Castilla-La Mancha, ha solicitado disminuir el volumen de la controversia en torno a la condonación de deuda aprobada por el Gobierno, frente a las críticas de gobiernos regionales del PP. Ha rememorado que anteriormente, el Estado español ya asumió deudas bancarias que «algunos jalearon».
García-Page ha remarcado que propuso una quita mucho antes de que los partidos independentistas la plantearan, incluso durante el mandato de Mariano Rajoy. Argumenta que, debido al retraso en la actualización del modelo de financiación, que ha llevado a varias comunidades a endeudarse, es de «justicia universal» asumir parte de esa deuda «ha obligado».
El presidente ha enfatizado la frecuencia con la que el Estado ha absorbido deudas, citando la crisis financiera como ejemplo, cuando «nos hicimos cargo todos los españoles de la deuda bancaria». Además, ha demandado eliminar «el ruido del frentismo» y ha afirmado que defenderá lo mejor para su región: «No me siento acreedor de lo que pidan los independentistas, ya saben el cariño que les tengo».
Respecto a las críticas del Partido Popular, señaló que Paco Núñez, líder de la oposición en Castilla-La Mancha, «sigue a pies juntillas las instrucciones» de Génova y se opone a la condonación, aunque ya están planificando cómo utilizar los ahorros de los intereses de dicha deuda.
García-Page concluye que los presidentes autonómicos deben tener autonomía para decidir sobre la quita de deuda, una decisión que «no han de decidir los partidos nacionales».











