José Tomé presentó este viernes en el registro de la Diputación de Lugo el escrito con el que oficializa su dimisión como presidente de la institución provincial, un paso que llega en una jornada marcada por una tensa junta de gobierno, sin la presencia de los diputados del BNG y con la marcha de uno de los representantes socialistas.
Quien abandonó la reunión fue el alcalde de Castroverde, Xosé María Arias, uno de los tres diputados que impulsaron una candidatura alternativa en el proceso interno por la secretaría provincial del PSOE.
La renuncia a la Presidencia deberá ser refrendada por el pleno de la Corporación, convocado para el martes 30 de diciembre, fecha a partir de la cual quedará vacante el cargo. No se celebrará, por ahora, un pleno extraordinario para adelantar los plazos, pese a que sus socios nacionalistas lo reclamaron por boca del vicepresidente, Efrén Castro, condicionando a ello su continuidad al frente de las áreas que gestionan. Tras el anuncio oficial, el BNG aguarda a que el PSOE designe “un interlocutor válido” con el que abordar este escenario.
Con este movimiento se abre el procedimiento institucional para tratar de encauzar la crisis que sacude al partido y a la Diputación, después de trascender varias denuncias por supuesto acoso sexual contra José Tomé, acusaciones que él rechazó de plano y frente a las que anunció “medidas legales” para proteger “su honradez”.
Tomé comunicó que dejaba la Presidencia de la Diputación y la secretaría provincial del PSOE, pero que conservaría su acta en la Corporación y la Alcaldía de Monforte de Lemos. Explicó que pasará a ser concejal no adscrito junto con el resto de su equipo de gobierno municipal, cuyos miembros, señaló, adoptarán la misma condición.
En el texto de su renuncia, hecho público por el propio Tomé, se explica que la decisión se adopta “para evitar que las acusaciones difundidas públicamente, que considera infundadas y sin base fáctica, jurídica ni probatoria, perjudiquen el funcionamiento de la institución”. Sostiene que no pesa sobre él ningún expediente penal, administrativo ni disciplinario y denuncia una situación de “indefensión” al desconocer con precisión los hechos que se le atribuyen.
Según el escrito, las informaciones que desencadenaron la crisis se apoyan en “insinuaciones y acusaciones sin respaldo documental”. Asegura además que se han vulnerado “su presunción de inocencia, su dignidad personal y sus derechos a la honra, a la intimidad y a la propia imagen”.
Remarca igualmente que su dimisión no supone asumir “responsabilidad alguna” y que la campaña de “imputaciones sin fundamento” interfiere gravemente en el normal desempeño de la Presidencia. Cierra el documento subrayando la “honra” que, afirma, “ha supuesto servir a la provincia durante estos años”.
El BNG espera un interlocutor del PSOE
Tras la formalización de la renuncia, será el 30 de diciembre cuando la Presidencia quede oficialmente desocupada. Hasta esa fecha, Tomé Roca seguirá actuando como presidente en funciones, tal y como prevé la normativa vigente.
Estos tiempos no se corresponden con lo que reclamaba el BNG durante la junta de gobierno, cuando exigió la convocatoria urgente de un pleno extraordinario “lo antes posible” para hacer efectiva la dimisión.
De hecho, esa misma mañana, el vicepresidente provincial, Efrén Castro, avisó de que, si no se adelantaban los plazos, “abandonarán el Gobierno provincial”. Ahora, conocidos ya los tiempos, los nacionalistas quedan a la espera de contar con un interlocutor socialista para negociar los siguientes pasos.
Si no se produce ningún cambio adicional, a partir del 30 de diciembre el vicepresidente provincial, cargo que ostenta el nacionalista Efrén Castro, asumirá de forma íntegra las competencias de la Presidencia hasta que la Corporación elija a la nueva persona titular en el pleno fijado para el 14 de enero a las 12.00 horas, el máximo margen que permite la ley.
“Vacante la Presidencia, se procederá a la convocatoria de la sesión extraordinaria para la elección de presidente o presidenta, que deberá celebrarse el décimo día hábil a las doce horas”, establece la normativa.
Desde ese momento, José Tomé Roca continuará como diputado provincial, ya que el reglamento permite renunciar a la Presidencia sin perder la condición de miembro de la Corporación. Tal y como avanzó, pasará a integrarse en el grupo de diputados no adscritos.
Una jornada de máxima tensión en la Diputación
La crisis política en la Diputación de Lugo derivó este viernes en un nuevo choque institucional. Los tres diputados del Bloque Nacionalista Galego, encabezados por el vicepresidente Efrén Castro, no acudieron a la junta de gobierno al conocer que Tomé pretendía presidirla pese a haber anunciado su dimisión para ese mismo día. A esta ausencia se sumó la salida de la sala del socialista y alcalde de Castroverde, Xosé María Arias Fernández.
Los nacionalistas, al comprobar que Tomé seguía ejerciendo y que la renuncia no se había registrado aún, decidieron no participar en la sesión. “Es necesario que el PSOE haga efectiva la renuncia y convoque un pleno extraordinario, que podría celebrarse este lunes, según el reglamento”, manifestó Castro ante el Pazo de San Marcos.
La tensión aumentó cuando el socialista Xosé María Arias optó también por abandonar la reunión. “Fue superior a mis fuerzas verlo sentarse presidiendo la reunión”, trasladó posteriormente.
Indicó que respeta el derecho del presidente a defenderse de las acusaciones, pero juzgó “inadecuado” que actuara “como si nada pasara”. “Hice lo que debía por mi partido, pero esto es superior a mis fuerzas”, añadió.
Finalmente, la junta de gobierno se celebró únicamente con el resto de diputados socialistas, en una sesión en la que se adjudicaron por 2,5 millones de euros las obras de urbanización del polígono industrial de A Fonsagrada, además de diversas actuaciones en otros ayuntamientos de la provincia.
El PP carga contra el BNG y el PSOE
Las críticas por la presencia de Tomé en la junta se prolongaron durante toda la mañana, hasta que se difundió su renuncia, poco antes de las 14.00 horas. La dirección provincial del PP, con su portavoz Antonio Ameijide al frente, se desplazó al Pazo de San Marcos minutos antes del comunicado oficial para exigir explicaciones, primero por mantener a los medios de comunicación en el exterior sin permitirles acceder al edificio y, después, por la falta de claridad a la hora de informar sobre la dimisión.
Ameijide dirigió acusaciones especialmente duras contra la secretaria de Organización provincial, Pilar García Porto, a quien señaló por “encubrir las denuncias”, asegurando que conocía su existencia “desde hace meses”. También reprochó al BNG “vender humo” y “no tomar decisiones”, y le culpó de “haber seguido amparando a un acosador sexual y a una encubridora”.
El portavoz popular añadió que Tomé continuará siendo un “presidente en la sombra”, al tiempo que censuraba a la dirección autonómica del PSOE, a la que acusó de “estar escondida” y limitarse a ofrecer explicaciones mediante cartas y comunicados.











