La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha puesto todas sus cartas encimaa de la mesa para conseguir que la Unión no se quede atrás. Bruselas ha presentado la estrategia integral que seguirá para establecer la competitividad como un principio rector para todas las políticas comunitarias.
A raíz del Informe Draghi, la comisión ha elaborado este proyecto que busca lograr un marco común que sirva como hoja de ruta y guía de las acciones de la Unión en los próximos cinco años.
La propuesta plantea una serie de reformas y acciones para asegurar que la Unión continue siendo un referente de innovación, producción y desarrollo económico, mientras mantiene su modelo social y avanza en una transición digital y verde.
“Europa tiene todo lo que le hace falta para triunfar en la carrera por alcanzar la cima. Pero, al mismo tiempo, debemos corregir nuestras debilidades si queremos recuperar la competitividad”, afirmó la presidenta Von der Leyen.
La Comisión asegura que Europa debe ser el lugar donde se invierta, fabrique y comercialice productos limpios, tecnologías del futuro y servicios, al tiempo que se erige como el primer continente que logra la neutralidad climática.
Estado de la cuestión
De acuerdo con el documento, la Unión, a pesar de su resiliencia frente a las últimas crisis, enfrenta desafíos claves a los que responder para cumplir sus objetivos.
Durante dos décadas, el continente ha sido víctima de un estancamiento en la productividad que ha hecho que pierda terreno frente a EE.UU en tecnología y frente a China en manufactura.
Además, la falta de innovación efectiva, con dificultades para traducir descubrimientos científicos en productos comercializables, y los altos costes energéticos acompañados de una regulación compleja han afectado duramente a la competitividad de las empresas.La dependencia excesiva de recursos estratégicos, como materias primas críticas y tecnologías avanzadas, ha generado también una vulnerabilidad económica.
Desde el organismo comunitario se apunta a que no abordar estos problemas a tiempo supondría el riesgo de entrar en una fase de bajo crecimiento, menos bienestar y menos oportunidades.
Recuperar la competitividad: la estrategia
La propuesta de la Comisión se estructura en torno a tres pilares de la transformación: cerrar la brecha de innovación, equilibrar la descarbonización y la competitividad, y reducir dependencias estratégicas.
Innovación
Fomentar un ecosistema que permita la creación y expansión de empresas será fundamental en los años venideros. Para ello se propone una estrategia de “Start-up y Scale-up” que facilite el crecimiento de empresas emergentes eliminando barreras regulatorias, así como mejorar el acceso a financiamiento. Esto irá acompañado de una Ley de Innovación Europea que apueste por mejorar la relación entre universidades y empresas.
Se impulsarán tecnologías clave como la Inteligencia artificial, los semiconductores, la computación cuántica o la biotecnología. Esto se logrará mediante la inversión en infraestructuras digitales que incluirán supercomputación y almacenamiento en la nube.
Descarbonización y competitividad
Bajo el objetivo de construir una transición verde que sirva como fuente de oportunidades económicas y no una carga para la industria se propone aprobar un “Acuerdo Industrial Limpio”, que deberá alinear políticas para hacer que la producción sostenible sea viable económicamente.
Junto con este Acuerdo, se alcanzará un Plan de Acción Para Energía Asequible. Este servirá para reducir los costes energéticos mediante inversiones en redes eléctricas que lleven a la UE a una mayor integración del mercado energético.
Durante este proceso de transformación se diseñarán estrategias específicas para que ciertos sectores clave tales como el acero, los metales o la automoción, se conviertan en procesos más respetuosos con el clima sin afectar a su viabilidad.
Para evitar la deslocalización de industrias intensivas en carbono hacia regiones con normativas ambientales más laxas se revisará el Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera. Además, se apoyará la economía circular a través del reciclaje y la reutilización de materiales para reducir la dependencia de importaciones.
Seguridad económica
Se diversificarán los proveedores de materias primas críticas y tecnologías estratégicas. Esto ayudará a fortalecer el comercio con socios clave, con acuerdos como el de Mercosur.
Bajo el modelo usado para la compra de vacunas durante la pandemia, a la hora de negociar precios y asegurar suministros tácticos, se creará una Plataforma de Compra Conjunta de Materias Primas.
Tal y como venía anunciado la presidenta desde el inicio de su segundo mandato, se fortalecerá la industria de defensa europea mediante la inversión conjunta en I+D militar.
Otra de las grandes apuestas de la Comisión será la estrategia de preparación ante crisis, que incluirá medidas para mejorar la resiliencia de infraestructuras críticas como energía, telecomunicaciones y transporte.
Acciones transversales
Sin duda, uno de los grandes problemas a los que debe responder la Unión es el de reducir la burocracia y simplificar las líneas regulatorias. Por ello, se implementará un plan de reducción de carga administrativa para empresas, que se materializará en un recorte del 25% en trámites y requisitos. La armonización normativa en territorio europeo y la digitalización de las administraciones son otras de las principales herramientas a adoptar.
La UE apostará por eliminar las barreras internas para facilitar la comercialización de bienes y servicios, a la vez que íntegra a los países candidatos al mercado único, como parte de la futura expansión de la UE.
Una de las grandes promesas de la Comisión es la de un Fondo Europeo de Competitividad que financiará las transformaciones para dar con un mercado financiero más integrado. En este contexto, el Banco Europeo de Inversiones, liderado por la española Nadia Calviño, jugará un papel relevante a la hora de movilizar capital privado.
Dentro de la mejora de la formación y el empleo, se lanzará una «Unión de Habilidades», con programas para mejorar la formación en áreas clave como IA, ciencias de datos o Ingeniería. Que se complementará con la búsqueda de talento extranjero y una mayor movilidad laboral dentro de la UE. Se busca también mejorar el acceso a la vivienda a través de un Plan de Vivienda Asequible que reduzca la presión sobre los costos laborables.
A la hora de coordinar todas estas acciones, se creará una Herramienta de Coordinación de la Competitividad que llevará a alinear las estrategias industriales y de inversión.
Un cambio de mentalidad
La Comisión propone una combinación de reformas estructurales, apoyo financiero y políticas industriales que lleven a la UE a recuperar su liderazgo económico.
“De esta ambición se desprende un programa de trabajo con tres vertientes: simplificar, invertir y acelerar nuestras prioridades económicas. La Brújula debe marcar un cambio de mentalidad para Europa y los europeos”, afirmó el vicepresidente para la Prosperidad y la Estrategia Industrial, Stéphane Séjourné.
El éxito o no de la estrategia dependerá en parte de la coordinación efectiva entre los estados miembros, además del compromiso político para implementar las reformas necesarias en estos cinco años. Para que todo lo anunciado sea eficiente, Von der Leyen ha solicitado «rapidez y unidad» en la implementación.