El Proyecto de Ley de Movilidad Sostenible se mueve. Después de que se aplazara la votación del informe de ponencia en la Comisión hasta en dos ocasiones, primero en junio y luego en julio, el martes 23 de septiembre se ha vuelto a convocar la cita. ¿Será la tercera la vencida? Demócrata ofrece una guía para entender qué está pasando con esta iniciativa, cuáles son los puntos calientes, las últimas novedades y las posibilidades de prosperar.
Los morados lo ponen negro
La fase de ponencia se cerró el pasado 11 de junio y el Gobierno esperaba elevar el informe a Comisión antes del verano, pero dio marcha atrás hasta en dos ocasiones ante el riesgo de que el texto decayera, no tanto en la propia Comisión, sino en el Pleno, ya que el grupo más discordante es Podemos, que integrado en el Mixto, no tiene representación en dicho órgano puesto que el portavoz es Néstor Rego, del BNG.
¿Podemos ha cambiado de opinión y por eso se vuelve a convocar la Comisión? La respuesta es no. Los morados siguen manifestando discrepancias y, junto a PP, Vox y UPN, suman 175, lo que bloquearía el proyecto.
Son dos las exigencias de los de Ione Belarra para tornar su voto en afirmativo: detener las ampliaciones previstas del aeropuerto de El Prat y del puerto de Valencia.
¿Hay margen para negociar? Poco. Fuentes del Gobierno consultadas por Demócrata admiten que Podemos es uno de los huesos más duros actualmente a la hora de negociar -junto con Junts-, no ya en Movilidad Sostenible, sino en cualquier asunto. Lamentan que parten siempre de una posición de máximos.
Otros grupos del bloque de investidura aquejan, en sintonía con el Ejecutivo, que Podemos se haya acastillado en el ‘no a todo’. “Ellos creen que les da rédito, pero se están pasando de rosca”, apuntan fuentes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Voces del grupo Sumar se mueven en la misma tónica e incluso ironizan: “Esperemos que podamos poder aprobar ya la ley y acabar con ella, a ver si Podemos nos deja”.
En el plano concreto, Podemos registró 63 enmiendas y la ponencia integró varias de ellas. El principal obstáculo sigue siendo político, pues desde hace meses, en concreto desde que el terremoto Cerdán sacudió el panorama político, se han negado a negociar sistemáticamente.
Puntos clave y ejes de la norma
Una de las últimas novedades del proyecto de ley es la retirada del texto por parte del PSOE de una enmienda transaccionada junto con Junts que incluyeron durante la ponencia relacionada con la financiación con dinero público a la organización del Mobile World Congress de Barcelona. Sumar y ERC advirtieron que lo rechazaban de plano y los socialistas, finalmente, la suprimieron.
El PSOE se cierra en banda a cualquier cambio sustancial en lo relativo a planes de movilidad. Así las cosas, se exigirán únicamente a empresas con más de 500 trabajadores y a los dos años de entrar en vigor.
Una de las claves está relacionada con el autobús. Los socios consiguieron suprimir la puerta abierta a la liberalización de rutas y al coste adicional que suponía para las Comunidades Autónomas asumir servicios que quedaran fuera del futuro mapa concesional. También se prevé la comercialización de un único billete combinando línea regular y transporte discrecional cuando no exista una línea que cubra ese trayecto.
El cabotaje pierde mucha fuerza, al renunciar Sumar y Bildu a su enmienda.
Se prevé una definición específica para las estaciones de recarga ultrarrápida y se reconoce como figura estratégica para la electrificación del transporte y el suministro eléctrico portuario. Además, se exime de autorizaciones las infraestructuras eléctricas para suministrar energía a puntos de recarga cuando no requieran evaluación de impacto ambiental ni declaración de utilidad pública y se prevén trabajos para la señalización de electrolineras.
El proyecto de ley contempla una futura regulación para suprimir los trayectos de avión toda vez que exista una alternativa ferroviaria de menos de 2,5 horas y no afecte a conexiones internacionales.
De igual forma, se estudiarán las conexiones con países europeos atendiendo, fundamentalmente, a aquellos en horario nocturno.
La iniciativa también prevé impulsar las autopistas ferroviarias y un sistema de bonificaciones en los cánones ferroviarios para favorecer el trasvase de mercancías a este modo durante un mínimo de cinco años.
Una batalla por librar
Los grupos mantienen vivas para la Comisión del martes unas 400 enmiendas. Muchos son aún las modificaciones que pueden incluirse en el texto, que se sumarían a las 140 modificaciones que ya te integraron durante la ponencia (102 transaccionales y 35 enmiendas en sus términos).
Con todo, la ley no termina de gustar a las organizaciones ecologistas. La mayor decepción se dio cuando el PSOE no aceptó, de entrada, medidas fiscales. Hacienda, además, vetó algunas otras. Los socialistas alegaron razones de aritmética parlamentaria, pero las organizaciones apuntan que en algunos casos, el PP llegó más lejos que el PSOE.
Todos los escenarios son posibles este miércoles 23 de septiembre y sentarán las bases de la batalla definitiva, cuando el texto llegue al Pleno (si llega) y Podemos sea la llave.













