Información actualizada a 29/04/2024.
Este lunes es el día marcado en rojo por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Tras publicar una carta en redes sociales el pasado miércoles en la que dejó en el aire su continuidad por la investigación abierta por un juzgado a su mujer, Begoña Gómez, por presunto tráfico de influencias, comunicará su meditada decisión.
Estos son los escenarios que se abrirían ante una hipotética dimisión del jefe del Ejecutivo.
¿Cuáles son las consecuencias de una posible dimisión?
La Constitución establece que, en ese caso, todo el Gobierno cesaría con él, aunque continuaría en funciones con la actual vicepresidenta primera María Jesús Montero como líder del Ejecutivo en funciones hasta la elección de uno nuevo.
El Rey iniciaría una consulta con los grupos políticos con representación parlamentaria y propondría un candidato que debería someterse a una sesión de investidura. Este resultaría elegido con mayoría absoluta en primera votación, o con mayoría simple en la segunda.
Si transcurridos dos meses ningún candidato logra ser investido, se disolverían las Cámaras y se convocarían nuevas elecciones.
La investidura de cualquier candidato no significa el inicio de una nueva legislatura, sino que continuaría la actual hasta que se disolvieran las Cámaras.
En España, sólo ha habido un caso de dimisión de un presidente del Gobierno. Adolfo Suárez dimitió en enero de 1981 y el Congreso invistió a Leopoldo Calvo-Sotelo como nuevo presidente.
La opción de la cuestión de confianza
El presidente también podría optar por someterse a la confianza del Congreso y en ese caso, debería reunir al Consejo de Ministros, ya que la Constitución exige que éste delibere antes.
La cuestión de confianza puede presentarse sobre una cuestión concreta o sobre todo un programa de gobierno.
Celebrado el debate en el Congreso, la confianza de la Cámara se entenderá otorgada con mayoría simple. Si no consiguiera superar la cuestión, debería presentar su dimisión al Rey que, como en el caso de la dimisión, provocaría el cese de todo el Gobierno y abriría un nuevo proceso de investidura.
En España se han presentado dos cuestiones de confianza desde la restauración de la democracia. En septiembre de 1980 la presentó el presidente Adolfo Suárez para poner en marcha un programa de austeridad económica y desarrollar el Estado de las autonomías.
En abril de 1990 fue el presidente Felipe González quien la presentó para pedir la apertura de un diálogo político que permitiese a España llevar una política económica competitiva en la Unión Europea, impulsar la política exterior y seguir desarrollando el Estado de las autonomías.
En las dos ocasiones, la Cámara otorgó su confianza a los presidentes que continuaron desarrollando sus funciones.
¿Qué es lo que no podría hacer?
Convocar elecciones de manera inmediata, ya que aún no ha transcurrido un año desde la disolución de las Cortes, plazo que se cumple el 29 de mayo.
Sí podría anunciar que, llegada esa fecha, disolverá las Cortes para que se celebren nuevas elecciones generales.
La opción de anunciar con anterioridad la fecha de disolución de las Cortes la utilizó el presidente José Luis Rodríguez Zapatero en julio de 2011.