El estudio, que recoge la visión de 250 médicos de Atención Primaria de toda España, revela que el 73% de los facultativos considera que gran parte de sus pacientes fracasa al intentar dejar de fumar y el 66% estima que cerca de la mitad de los fumadores ni siquiera se plantea abandonar el hábito.
Además, el 77% de los entrevistados opina que las terapias disponibles no satisfacen las necesidades de la mayoría de los fumadores y el 89% cree que las terapias disponibles no son efectivas o requieren mejoras sustanciales.
A su vez, el 87% reconoce no tener suficiente conocimiento sobre medidas complementarias (vapeadores, tabaco calentado, bolsas de nicotina) y el 83% considera que el colectivo médico, en general, no está suficientemente informado sobre estrategias empleadas en otros países que están consiguiendo reducir en mayor medida sus tasas de tabaquismo.
Los médicos señalan, además, que la falta de tiempo durante las consultas es una barrera para ofrecer un abordaje más completo del tabaquismo.
Más de 8 millones de fumadores diarios y 22.000 muertes anuales
Según precisan los autores del estudio, el tabaquismo sigue siendo uno de los principales problemas de salud pública en España, con «más de 8 millones de fumadores diarios» y «más de 22.000 muertes anuales por cáncer de pulmón, cuatro de cada cinco atribuibles al consumo de cigarrillos».
A pesar de la disponibilidad de terapias farmacológicas y programas de cesación tabáquica, señalan que las tasas de éxito a largo plazo «no superan el 25%», lo que genera «preocupación» en la comunidad médica ante la falta de resultados y el impacto sanitario y económico que esto supone.
España, según indican, ha avanzado en los últimos años, pero sigue teniendo una de las prevalencias de fumadores más altas de Europa, con casi un 24%, según el Eurobarómetro.
Según la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), esta situación exige una revisión urgente de los protocolos actuales y una actualización de la Ley Antitabaco para integrar las últimas evidencias científicas y clínicas.
Precisamente, este estudio se presenta en un momento que coincide con la revisión de la Ley 28/2005, que establece medidas sanitarias frente al tabaquismo, y del Real Decreto 579/2017, que regula aspectos relacionados con la fabricación, presentación y comercialización de productos de tabaco y relacionados.
Según el comité de expertos que ha realizado este estudio, la coyuntura actual ofrece una oportunidad para incorporar la visión de los médicos, junto con las últimas evidencias científicas disponibles en disminución de riesgo.
«En España se necesita coherencia, se necesita valentía política y realmente un apoyo en términos de recursos. Se pueden hacer leyes, pero al final necesitamos fortalecer el sistema público», ha precisado la presidenta de la Comisión de Prevención de Tabaquismo de la SEORL-CCC y autora principal del estudio, la doctora Sara María Ferrero Coloma, durante la presentación del estudio, este miércoles, en un encuentro informativo organizado por LECA Solutions y Europa Press.
El caso de Reino Unido: cambio de enfoque
Según ha precisado Ferrero Coloma, España ha abogado siempre por una política «muy conservadora» basada en la «abstinencia total» y la «prevención». Mientras, ha señalado que otros países han aplicado otros enfoques, por ejemplo, Reino Unido, que incluye en sus protocolos los cigarrillos electrónicos para pacientes en los que no han funcionado los fármacos, con un seguimiento sanitario «muy estricto», y que han mostrado «estudios preliminares positivos».
«Entendemos por un lado la cautela que tiene España porque nosotros necesitamos siempre, para trabajar y para aplicar medidas, una evidencia científica», ha puntualizado Ferrero Coloma, al tiempo que ha apostado por «fortalecer» la estructura para poder «ir avanzando en otras direcciones, con rigor científico, independiente y siempre desde una perspectiva sanitaria y no desde una perspectiva comercial».
Por su parte, el doctor especialista en endocrinología y nutrición, y miembro activo de sociedades científicas como la SEEN, la Sociedad Andaluza de Endocrinología, Diabetes y Nutrición (SAEDYN) y la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA), José Antonio López Medina, ha explicado que, en el grupo de trabajo del estudio surgieron tres claves: «el déficit en el apoyo psicológico», la «creación de grupos de terapia a nivel ambulatorio y en Atención Primaria» y el refuerzo de «las unidades especializadas de tabaquismo» para derivar pacientes complejos.
Además, ha destacado que una de las claves del estudio es la demanda de los médicos de mejorar su formación. «El estudio pone encima de la mesa algunos déficits de formación y una llamada de atención. Tenemos que aplicar más recursos en la Atención Primaria, de apoyo psicológico, de formación, de información, de actualización en este aspecto y mejorar las tasas de tabaquismo que tenemos en España, que siguen siendo muy altas», ha remarcado López Medina.
Por su parte, Pablo González Ipiña, socio de la consultora LECA, impulsora del estudio, ha apostado por «cambiar la forma de abordar el tabaquismo en España», por generar un «debate público» y crear «un grupo de trabajo» para estudiar los resultados de otros países que se centran en la corriente del «menor daño».
«Hay otros países que enfocan desde otro ángulo diferente la lucha contra el tabaquismo y que tienen unos resultados espectaculares como Reino Unido, como Suecia, hemos visto también casos de Nueva Zelanda, de Japón, Estados Unidos. Son países importantes que han cambiado el enfoque y han tenido mucho mejores resultados», ha destacado.
El «problema» de equiparar cigarrillos y vapeadores
En este sentido, ha advertido de que la «equiparación» de los cigarrillos tradicionales al tabaco calentado o vapeadores en el anteproyecto de la ley antitabaco que ha aprobado el Gobierno puede suponer un «problema» pues «ataca» medidas que se están aplicando en esos otros países.
Según ha precisado, mientras en España la tasa de tabaquismo ha pasado «de un 29% a un 24% en los últimos 10 años», en Inglaterra, se ha reducido «de un 22% a un 12%».
«Si seguimos haciendo lo mismo, posiblemente tengamos los mismos resultados dentro de diez años, o sea, que podrá ir cambiando un poco, pero no va a haber un cambio significativo si no se toman medidas nuevas», ha zanjado González Ipiña.
