PP, Vox y Sumar han escenificado este miércoles en el Congreso su oposición frontal a la iniciativa del BNG para que Galicia abandone el régimen común de financiación y adopte un modelo de concierto económico, con más margen de decisión en política fiscal, en la línea del que rige en las comunidades forales de País Vasco y Navarra. El PSOE, por su parte, descarta esta vía y defiende una reforma global del sistema de financiación autonómica.
Las distintas formaciones han ido fijando posición en el Pleno de la Cámara Baja después de que el diputado del BNG, Néstor Rego, defendiera un esquema alternativo en el que Galicia pudiera recaudar la totalidad de sus tributos, disponer de plena capacidad normativa en el ámbito fiscal y articular una Hacienda propia bajo su control.
La moción, tramitada como iniciativa no legislativa, tiene su origen en la interpelación que el propio Rego dirigió hace unas semanas en el Pleno a la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en la que ya planteó la necesidad de un nuevo marco de financiación para la comunidad gallega.
En aquel debate, el diputado del BNG argumentó que “El régimen común está basado en el principio de necesidad, mientras que el de concierto lo hace en el principio de capacidad y Galicia la tiene, por eso queremos que tenga también la plena facultad normativa y responsabilidad fiscal, sobre todo los impuestos soportados en Galicia”.
Montero, sin embargo, evitó entrar a valorar en detalle la propuesta de un concierto económico específico para Galicia. Sí reprochó al representante nacionalista que introdujera el concepto de déficit fiscal “al modo de ‘España nos roba’” que se popularizó durante la etapa del procés en Cataluña.
Tras esa interpelación, el BNG trasladó oficialmente su planteamiento al Congreso mediante un texto en el que instaba al Ejecutivo central a abrir una negociación bilateral con la Xunta de Galicia para fijar las bases de un sistema que permitiera a la administración gallega recaudar todos sus impuestos, ejercer plena capacidad de decisión en materia fiscal y dotarse de una Hacienda propia.
En la misma iniciativa, el BNG incluía la petición de “revisar y mejorar la financiación local y la participación de las Entidades Locales en los tributos del Estado, asegurando criterios justos que no discriminen nadie y velando porque los ayuntamientos no se vean en el deber de asumir gastos extraordinarios por los denominados servicios impropios”.
Además, el texto reclamaba al Gobierno que hiciera efectiva “lo antes posible” la condonación de la deuda de Galicia con el Estado, al considerar que se trata de una medida imprescindible para aliviar la situación financiera de la comunidad.
Durante el debate, el diputado de Sumar Manuel Lago respondió al BNG subrayando que “no existe ningún estudio académico” que respalde que un modelo de cupo resultaría ventajoso para Galicia: “De hecho, todos los que existen dicen que sería perjudicial para nuestro país”.
Vox y PP también se han mostrado muy críticos con la pretensión del BNG de que Galicia abandone el régimen común para disponer de un concierto económico propio, alertando de las consecuencias que, a su juicio, tendría para la cohesión del sistema. El PSOE, en cambio, ha evitado pronunciarse sobre este punto concreto y ha centrado su intervención en poner en valor la gestión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en materia de financiación autonómica.











