El inicio del curso político ha estado marcado por los encuentros entre “negociadores” que tratan de amarrar los apoyos parlamentarios del Gobierno. Ahora, Junts volverá a reunir a su dirección permanente este próximo lunes en Waterloo (Bélgica). La aritmética hace que la posición de Junts condicione el devenir de la legislatura con iniciativas clave como los Presupuestos Generales del Estado. Por eso, el PSOE trata de incrementar sus contactos desde Suiza y Bélgica. “En otoño pasarán cosas”, dicen desde la formación catalana.
La cita del lunes llega después de las reuniones mantenidas por el líder de la formación independentista, Carles Puigdemont, con el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Con el último, Puigdemont se ha reunido hasta en dos ocasiones en las últimas tres semanas.
Según fuentes de Junts, consultadas por Europa Press, la reunión permitirá al líder separatista detallar el progreso de estas conversaciones tras advertir que “pasarán cosas” si el PSOE no unifica su discurso y estrategias en Cataluña, Madrid y Suiza.
¿Por qué Zapatero?
El expresidente asumió el rol de negociador con los independentistas con el inicio del curso. Hasta este verano, esa responsabilidad recaía en el exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, ahora en prisión provisional por su supuesta participación en la presunta trama de mordidas que conforma el conocido como “caso Koldo”.
Cuando se desveló la implicación de Cerdán en el caso, Junts solicitó empezar a reunirse directamente con Pedro Sánchez para abordar las negociaciones. Finalmente, dicha misión se le encomendó al expresidente.
Supuestamente, la otra reunión de este mes en Bruselas, en este caso con Salvador Illa, no iría encaminada a buscar los apoyos de los separatistas. En el Gobierno autonómico insisten en que se trataba de un asunto institucional enmarcado dentro de los encuentros que ya habían mantenido con el resto de expresidentes de la Generalitat. En esta línea, el portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, aseguró que no era “intención” que supusiese un paso para tratar de contentar a su socio.
Próxima parada: presupuestos
Fue el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, quien confirmó que la última conversación entre ambos expresidentes, Zapatero y Puigdemont, se podía entender en clave presupuestaria. Con un “se están reclamando los apoyos de los grupos”, Torres resolvió las dudas sobre el contenido del encuentro. Puigdemont no estuvo solo en la sala con Zapatero, le acompañaron la portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, y el secretario del partido catalán, Jordi Turull.
“El Gobierno de España va a presentar el proyecto de Presupuesto que permita poner de manifiesto cuáles son las prioridades políticas que está impulsando”, declaró la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Lo cierto es que el Ejecutivo se ha empeñado en las últimas semanas en la negociación presupuestaria y en esas conversaciones, Junts es una pieza fundamental para que el proyecto pueda prosperar.
Los de Puigdemont le habrían planteado a los socialistas su negativa tanto al techo de gasto como a la idea de un proyecto de presupuestos, así como al Proyecto de Ley para la reforma judicial. Para poder dar su visto bueno a la senda presupuestaria, reclaman que se desbloqueen otros compromisos previos, así como “las partidas pendientes”.
Sobre la mesa siguen asuntos pendientes como la oficialidad del catalán en la UE y el traspaso de las competencias migratorias para Cataluña.
Catalán en la UE
Este verano, el Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea volvió a aplazar la votación sobre la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego. Un nuevo frenazo para la voluntad del Gobierno español, que espera que la decisión llegue cuanto antes y rechaza cambiar su posición para contentar a sus socios.
Mientras Puigdemont se reunía con Zapatero, en Madrid se celebraba una cumbre bilateral entre el presidente Pedro Sánchez y el canciller alemán, Friedrich Merz. Ahí el español trató de persuadir a su homólogo sobre este asunto.
Ahí, Merz mostró ciertas discrepancias con la propuesta. “Cada lengua añadida multiplica la necesidad de traducciones”, sentenció. El canciller, con experiencia como eurodiputado, sugirió que la inteligencia artificial podría ofrecer una solución a medio plazo, eliminando la necesidad de intérpretes. Del mismo modo, reconoció entender el interés ante “los desafíos lingüísticos de España”.
En mayo, el Ministerio de Asuntos Exteriores español decidió eliminar del orden del día de la reunión de los 27 este punto ante la falta de apoyos.
Sin embargo, en julio había sido la presidencia danesa del Consejo la que decidió incluir este punto como un “intercambio de puntos de vista”. “España quiere poner el caso de las lenguas en la agenda de nuevo y como presidencia vamos a facilitar el debate”, declaró esta mañana la ministra de Asuntos Europeos de Dinamarca, Marie Bjerre. Al otro lado, el secretario de Estado español para la UE, Fernando Sampedro, pidió a sus socios comunitarios “no secuestrar o retrasar innecesariamente” la demanda.
Traspaso de competencias
Sobre la ley presentada por PSOE y Junts que busca transferir competencias en materia de inmigración a Cataluña, que se debate el próximo martes, Podemos está dispuesto a dejarla caer porque la consideran “racista”.
Al tratarse de una norma de carácter orgánico, el Ejecutivo requiere del “sí” de todos sus socios, por lo que el apoyo de Podemos es fundamental para que la norma pueda superar el debate de toma en consideración.
La suma de los votos en contra de Podemos junto con otros partidos como PP, Vox o UPN podría resultar en un empate de 175 escaños, situación que provocaría la caída de la propuesta si no se logra una mayoría en tres rondas de votación.
Desde Podemos se argumenta que la ley propuesta tiene “intenciones abiertamente racistas”, en particular en la exposición de motivos, donde se interpreta la inmigración como un problema y “un riesgo para la convivencia y la cohesión social”.
¿Mayoría de progreso?
Durante el arranque de la actividad parlamentaria, los catalanes ya se han hecho valer de su “capacidad de veto” al impedir que se tramitase el proyecto de ley para la reducción de la jornada. Unieron su negativa junto a la del Partido Popular y Vox vía enmienda a la totalidad.
Las críticas de la vicepresidenta Yolanda Díaz ante esta postura aún siguen resonando en el seno de la formación independentista. “Representamos la lucha de clases y usted es el gran capital”, recriminó Díaz a Nogueras.
Una semana después de aquellas palabras, Junts volvió a unir sus votos con los partidos de la bancada conservadora durante el debate sobre la toma en consideración de la proposición de ley de Sumar que buscaba crear una Oficina de Prevención de la Corrupción. La segunda derrota parlamentaria del Gobierno durante este trimestre propiciada por Junts.
“Pasarán cosas”
Mientras este lunes se celebraba en Waterloo una reunión entre los principales dirigentes de Junts, su portavoz en el Parlament, Mónica Sales, avisó al PSOE de la posibilidad de retirar su apoyo por “torpedear” el acuerdo de Bruselas.
Lo que pretende la formación es que se unifiquen los discursos y estrategias en Cataluña, Madrid y Suiza, y que ello se empiece a ver en el Debate de Política General (DPG) del Parlament del 7, 8 y 9 de octubre.
“Puigdemont ya dijo hace semanas que en otoño pasarán cosas que no han pasado hasta ahora y, posiblemente, empezarán a pasar en el marco del Debate de Política General del Parlament porque no se puede construir en Suiza y destruir en Catalunya”, destacó en rueda de prensa desde Waterloo.
La formación dice que no “tolerará más que el PSC torpedee el espíritu del acuerdo de Bruselas con votaciones en el Parlament de la mano de PP y Vox”, y por ello afirman que en caso contrario “se habrá acabado el tiempo desde Junts con los socialistas”.
