Cambio al frente de la Sareb en clave interna. Leopoldo Puig, hasta ahora consejero delegado de Sareb, será el nuevo presidente ejecutivo de la sociedad tras la dimisión de Javier Torres.
Torres abandona la Sareb después de tres años al frente de la misma. Fue nombrado presidente ejecutivo en 2022, tras tomar el control el Estado del conocido como ‘banco malo’, desde su puesto como consejero.
Ese mismo año fue nombrado consejero delegado de la entidad Leopoldo Puig, completando así la reorganización de la cúpula de la Sareb.
Puig, en todo caso, había llegado a Sareb dos años atrás, procedente del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), para ocupar el cargo de director financiero y corporativo.
Durante esos años, pilotó el desarrollo del nuevo modelo de control de gestión, con el ahorro de costes como prioridad, y trabajó en la adaptación de la sociedad hacia una estrategia de negocio centrada en la venta minoristas de inmuebles y en la generación de valor de su cartera mediante la promoción inmobiliaria.
Inspector en excedencia
Antes de su llegada a Sareb, Puig acumuló más de veinte años en el sector público, entre Banco de España y FROB.
El nuevo presidente ejecutivo del ‘banco malo’ es inspector en excedencia del Banco de España, organismo en el que estuvo más de una década como inspector de entidades de crédito hasta 2011.
Entonces abandonó el organismo supervisor para ocupar el cargo de director financiero y de entidades participadas del FROB, instrumento a través del cual el Estado acometió el rescate al sector financiero, con la absorción y fusión de entidades, mediante la inyección de dinero público.
Momento clave
El relevo en la entidad tiene lugar en un momento en el que el propio Gobierno replantea el papel que juega el conocido como ‘banco malo’, ya que trata de impulsar toda su política de vivienda a través de Sepes.
Y, para ello, acumular en esta sociedad todo inmueble o suelo en poder del Estado, incluyendo también patrimonio de Sareb. El presidente Pedro Sánchez cifró en 13.000 viviendas el traspaso de activos hacia Sepes desde el ‘banco malo’.
La propia Sareb suspendió hace unos meses la comercialización y venta de todos sus activos residenciales hasta que se decida qué hacer con ellos.