Los socios de Sánchez ponen líneas rojas: Agenda social o fin de legislatura

El PNV plantea que el presidente se someta a una cuestión de confianza, que dimita y el PSOE busque otro candidato alternativo o que convoque elecciones. ERC también pedirá elecciones si la corrupción escala

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante un pleno extraordinario, en el Congreso de los Diputados | Eduardo Parra (Europa Press).

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante un pleno extraordinario, en el Congreso de los Diputados | Eduardo Parra (Europa Press).

Dos eran las urgencias que los socios del PSOE exigían a Pedro Sánchez para revitalizar la legislatura: medidas anticorrupción y un potente impulso social. Y el presidente del Gobierno ha afrontado su comparecencia ante el Pleno del Congreso de este 9 de julio dispuesto a traer medidas, pero solo con respecto a la lucha contra la corrupción. Su Plan, nutrido con 15 medidas, no ha saciado la sed de leyes sociales de sus aliados y todo ellos, uno a uno, incluido Sumar, han desfilado por la tribuna de oradores para insistirle en que debe dotar a la legislatura de un propósito o será el fin de este Ejecutivo.

Sánchez estaba decidido a recuperar la confianza de los grupos a base de medidas anticorrupción calendarizadas y un firme compromiso de implementarlas en un máximo de dos años. La OCDE se encargaría de la evaluación y emitirá informes a los 12 y 24 meses para hacer seguimiento. ¿Es esto suficiente para cerrar heridas y reagrupar al bloque de la investidura? La respuesta es ‘no’. Incluso, aliados tan fieles como el PNV han deslizado la posibilidad de que el presidente deba marcharse si no es capaz de reconstruir la mayoría en torno a un proyecto.

Sí, Sumar le ha comprado parte del discurso a Sánchez. Una Yolanda Díaz que no se ha sentado en el sillón azul del Gobierno sino que se ha refugiado en su bancada ha llegado a poner la mano en el fuego por él: “Sé que usted es honrado”. Todo un acto de fe que, sin embargo, no comporta un respaldo ciego.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo exige un “cambio de rumbo” y un “giro social” de izquierdas. Y que sea tangible. “Necesitamos hechos, no palabras”, ha agregado Díaz, quien blandiendo unos documentos ha aseverado que llevará al próximo Consejo de Ministros los permisos de 20 semanas por nacimiento, la remuneración de los permisos parentales de cuidados y la equiparación en derechos a las familias monomarentales.

Sánchez no, pero Moncloa sí que ha respondido. Fuentes se han escudado en que hoy no era el día para presentar un programa social. El acuerdo de Gobierno sigue vigente y ese es el camino que transitarán.

El apoyo de Sumar no es incondicional, pero no ha dado síntomas de dejar caer la legislatura ni mucho menos. No así el PNV. Su portavoz parlamentaria, Maribel Vaquero, ha sido más que cruda, dibujando un escenario que contempla la salida del presidente del Gobierno.

La dirigente jeltzale ha concluido que si Sánchez no logra articular una mayoría en torno a una propuesta solo quedan tres vías: plantear una cuestión de confianza (lo que también ha pedido Coalición Canaria), dimitir sin disolver la Cámara y activar el contador del artículo 99 de la Constitución para buscar otro candidato socialista alternativo e investirle, o convocar elecciones anticipadas.

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) también ha mentado la posibilidad de un adelanto electoral si los tentáculos de la trama de Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García escalan. Si la corrupción va a más, el portavoz parlamentario del Grupo Republicano, Gabriel Rufián, advierte que “pediremos que la gente decida”. En paralelo, y al igual que Sumar y el resto de grupos, Rufián ha instado a Sánchez a salir del “bunker” e impulsar medidas “radicales”.

En una tónica similar se mueve EH Bildu. “La crisis es muy grave. Muy grave”, ha lamentado, manifestando su preocupación por “que esta crisis se lleve por delante los avances en derechos y libertades y abra un ciclo reaccionario y recentralizador de involución democrática y social”. ¿Cómo salir de la encrucijada? Para la portavoz parlamentaria Mertxe Aizpurua, la solución pasa por dotar a la mayoría plurinacional “de un nuevo propósito”.

Junts tiene una visión más catastrofista. Su portavoz en el Congreso, Miriam Nogueras, considera que el Gobierno de Sánchez está “en la prórroga”. Con todo, una vez más, ha recordado que “nuestro bloque es y seguirá siendo Catalunya”, deslizando así que mientras consideren que se vela por sus intereses podrán seguir negociando.

El representante del BNG, Néstor Rego, ha pedido más contundencia contra la corrupción y ha afeado que su partido hizo llegar propuestas al Ejecutivo “y en un año no han hecho absolutamente nada”. Rego ha elevado el tono advirtiendo que no son socios del PSOE ni tienen un acuerdo de legislatura, por lo que aconseja a Sánchez no tentar al destino sumando decepciones porque no van a darle “carta blanca”.

Ione Belarra, de Podemos, ha articulado el mismo afilado discurso de las últimas semanas. La diputada morada ha calificado la intervención de Sánchez de “aún más decepcionante” de lo que esperaba. A su juicio, las 15 medidas son meramente “cosméticas”.

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