El subdirector del CNI refuta la colaboración del imán de Ripoll y considera ‘inevitable’ los ataques del 17A

El exjefe de la División de Contraterrorismo de Girona, actualmente secretario general del Centro Nacional de Inteligencia, Luis García Terán, comparece ante la Comisión de Investigación sobre el derecho a saber la verdad y las implicaciones derivadas de Alejandro Martínez Vélez - Europa Press

El alto cargo del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Luis García Terán, ha declarado este jueves ante el Congreso que Abdelbaki Es Satty, conocido como el imán de Ripoll y señalado como el principal planificador de los ataques del 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils, «nunca fue un colaborador del CNI, nunca aportó información de interés y nunca recibió ningún pago».

Asimismo, García Terán ha enfatizado que el CNI «no tuvo nada que ver, ni conocimiento previo, ni indujo absolutamente nada de los atentados». Además, ha destacado que ante la intensidad de la amenaza yihadista de ese año, «era prácticamente inevitable que se produjeran atentados» como el del 17-A.

En su exposición en la comisión que investiga estos atentados en el Congreso de los Diputados, ha mencionado que el nivel de amenaza en 2017 era tal que las agencias de inteligencia europeas no se cuestionaban «si habría atentados, sino dónde, cuándo y cómo» ocurrirían.

«Nuestro primer objetivo es evitar muertes. Usamos al máximo nuestras capacidades y recursos para impedir atentados, pero aquel ataque fue inadvertido para todos», indicó García Terán, subrayando que ni las actividades de Es Satty ni las del resto de la célula terrorista «llamaron la atención» de las autoridades ni en su círculo más cercano.

«NUNCA INFORMÓ DE NADA ÚTIL NI SE LE PAGÓ NADA», ha recalcado. García Terán ha detallado que las interacciones con Es Satty fueron «mínimas» y que, como afirmó anteriormente el exdirector del CNI Félix Sanz Roldán, esta persona «nunca informó de nada útil». «No se le pagaron 400, ni 300, ni 500 euros, pues el dinero del CNI está fiscalizado hasta el último céntimo. No fue un activo del CNI. Hablamos con él tres veces y se le dio un número de teléfono. Eso no lo convierte en informador, colaborador o agente», ha afirmado.

García Terán también ha explicado que antes de considerar a alguien como fuente o activo, el CNI evalúa si «tiene acceso a información útil, si es fiable y si es segura». En el caso de Es Satty, «nada de eso confluía», ha aclarado.

Además, ha señalado que no existía interés en la información que Es Satty pudiera ofrecer. «Por tanto, no se generó ningún informe. Si no existe información relevante, no se produce ningún tipo de burocracia interna», ha explicado respecto a la falta de documentación escrita sobre posibles colaboraciones de Es Satty con el centro.

Finalmente, tras los ataques del 17-A, García Terán ha comentado que tanto el CNI como otros servicios europeos «cambiaron el paradigma de actividad con ciertos entornos», aunque ha advertido que «la amenaza ha evolucionado, es más complicada y más difícil de detectar».

Personalizar cookies