Andalucía activa la emergencia cinegética temporal para blindarse frente a la peste porcina africana

La Junta decreta la emergencia cinegética temporal en toda Andalucía y refuerza controles para frenar la Peste Porcina Africana tras los casos en Cataluña.

La Junta de Andalucía ha puesto en marcha un “refuerzo extraordinario de medidas” para la prevención y control de la Peste Porcina Africana (PPA) después de confirmarse 13 positivos en jabalíes silvestres en Cataluña. Para ello, ha declarado “en toda la Comunidad Autónoma el área de emergencia cinegética temporal por daños y riesgos sanitarios de jabalí y cerdos asilvestrados”.

La Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente ha informado mediante un comunicado de la publicación este viernes, 5 de diciembre, en un número complementario del Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), de una Resolución conjunta de la Dirección General de Política Forestal y Biodiversidad y la Dirección General de la Producción Agrícola y Ganadera, por la que se declara en Andalucía dicha “área de emergencia cinegética temporal”.

Según detalla la Junta, esta resolución se adopta “tras analizar la situación epidemiológica derivada de los casos de PPA detectados en Cataluña y del incremento sostenido de las poblaciones de jabalí en diversos territorios del país”.

El texto normativo fija un paquete de actuaciones “reforzadas, actualizadas y adaptadas al nuevo contexto epidemiológico”, cuyo “objetivo prioritario es disminuir la probabilidad de entrada y difusión del virus de la PPA en Andalucía, así como mitigar otras enfermedades, proteger la ganadería extensiva y reducir los daños agrícolas, ambientales y los riesgos crecientes para la seguridad de las personas”.

Control intensivo de poblaciones de jabalí

Entre las principales medidas, la Junta resalta que se habilitan distintas modalidades de control poblacional del jabalí a lo largo de toda la temporada, “con especial énfasis en aguardos y aguardos nocturnos”. De forma excepcional, se autoriza el uso de sustancias olorosas atrayentes no contaminantes y el aporte puntual y “muy limitado” de alimento vegetal o pienso, entre 40 y 75 metros del puesto, “siempre que no constituya suplementación alimentaria ni implique riesgos para el entorno”.

También se permite la utilización de visores digitales, nocturnos o térmicos, “exclusivamente para la modalidad de aguardo nocturno, con el fin de mejorar la precisión, la seguridad y la identificación de ejemplares”.

La resolución incluye igualmente “el uso regulado de capturaderos, tanto en terrenos cinegéticos como en terrenos no cinegéticos”. La colocación de estos dispositivos tendrá que comunicarse con antelación al Agente de Medio Ambiente de la demarcación, adjuntando plano o coordenadas UTM e identificación de la persona responsable.

En estos capturaderos, los animales capturados “deberán ser sacrificados conforme a los protocolos establecidos, y cualquier especie no objetivo deberá ser liberada inmediatamente, salvo que requiera atención veterinaria”, tal y como se indica en el Anexo I del documento oficial.

Actuaciones en zonas urbanas y periurbanas

La normativa también prevé medidas específicas para áreas urbanas y periurbanas, donde está prohibido el uso de armas de fuego. En estos espacios, se contempla la captura de ejemplares mediante métodos autorizados y “siempre bajo supervisión de personal autorizado y en coordinación con los ayuntamientos”.

Además, se recuerda que los titulares de cotos y los dueños de fincas no cinegéticas “deben mantener actualizada la información relativa a los resultados de capturas de la anterior resolución de 31 de mayo de 2024, requisito indispensable para acogerse a las medidas fuera del periodo hábil del jabalí”.

Impacto económico y coordinación institucional

Desde el Gobierno andaluz se incide en que, aunque la peste porcina “no afecta a las personas y no representa un riesgo para la salud pública, su impacto económico puede ser enorme”, dado que “la aparición de un solo foco obliga al cierre inmediato de exportaciones, a restricciones de movimiento y al sacrificio obligatorio de animales en explotaciones afectadas”.

Las consejerías de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural; de Sostenibilidad y Medio Ambiente, y de Sanidad, Presidencia y Emergencias mantienen desde hace días una “respuesta conjunta” con la finalidad de “proteger el sector porcino andaluz y velar por la biodiversidad y la seguridad en entornos urbanos y naturales”.

En el ámbito agrario, la Junta “ha intensificado los controles de bioseguridad en todas las explotaciones de porcino, reforzando las inspecciones en granjas, la vigilancia de movimientos considerados de riesgo y la aplicación del Plan de Vigilancia Activa”.

Los servicios veterinarios oficiales continúan con “un trabajo continuado para detectar cualquier anomalía”, al que se suma el refuerzo de los controles sobre los subproductos animales procedentes de caza (‘Sandach’) y la activación permanente del protocolo ante la aparición de jabalíes muertos, cuyas muestras son tomadas por personal especializado “para descartar o confirmar cualquier sospecha”.

Paralelamente, se incrementará la presencia y labor de los agentes de Medio Ambiente sobre el terreno, y se “potenciará el papel de los guardas rurales” para la “detección temprana y transmisión de información en los espacios donde desarrollan su actividad”.

La resolución que declara la emergencia cinegética empezará a aplicarse este sábado, 6 de diciembre, y permanecerá vigente hasta el 31 de marzo de 2026.

Seguridad alimentaria y protección de la salud

A pesar de que la PPA “no se transmite a los seres humanos ni mediante contacto directo ni por el consumo de carne”, la Consejería de Sanidad, Presidencia y Emergencias “ha extremado sus mecanismos de vigilancia”.

En este sentido, “se intensifican los controles sanitarios en mataderos, se supervisan las piezas de caza que llegan a Andalucía –especialmente aquellas procedentes de Cataluña– y se han actualizado los protocolos de formación dirigidos a más de 300 veterinarios oficiales y autorizados, “asegurando que todos los profesionales implicados actúan con criterios homogéneos y actualizados”.

La Junta advierte de que los jabalíes y cerdos asilvestrados “pueden actuar como reservorios de otras enfermedades zoonóticas –es decir, transmisibles a las personas–, como la triquina, la hepatitis E o la salmonelosis, entre otras”. Por ello, se recalca la necesidad de “evitar el contacto directo con estos animales o con sus restos biológicos –heces, orina o secreciones–, especialmente cuando se acercan a zonas habitadas”.

También se subraya que los animales de compañía, como perros y gatos, “también pueden correr riesgo de contraer enfermedades zoonóticas si entran en contacto con heces u otros restos biológicos de jabalíes o cerdos asilvestrados, por lo que se recomienda extremar la precaución en paseos y espacios naturales”.

Por esta razón, se insiste en “no alimentar a la fauna silvestre ni dejar restos de comida o basura fuera de los contenedores, evitando así atraer a estos animales a zonas habitadas”.

Papel de los ayuntamientos y recomendaciones a la ciudadanía

La Junta recalca el “papel esencial” de los ayuntamientos para “evitar y contener la entrada de jabalíes en entornos urbanos”, de modo que “deben garantizar que los contenedores de residuos estén siempre cerrados, retirar el alimento de las colonias felinas antes del anochecer y mantener adecuadamente los espacios naturalizados”.

A la población se le recuerda “la importancia de no dejar basura fuera de los contenedores ni arrojar desperdicios en montes o espacios naturales, así como la prohibición de alimentar fauna silvestre”.

En caso de atropellar a un jabalí o localizarlo muerto, la indicación es “no acercarse, no tocarlo y avisar de inmediato a la Policía Local o al 112 Andalucía”, mientras que, por su parte, los cazadores deben “extremar la bioseguridad en la manipulación de las piezas, ya que cualquier descuido puede actuar como vehículo involuntario de transmisión”.

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