Agricultura & Alimentación

Asaja Alicante celebra las últimas lluvias como un auténtico regalo de Navidad para el campo

Asaja Alicante destaca que las últimas lluvias han sido un alivio crucial para el campo alicantino, muy afectado por la sequía, pese a algunos problemas puntuales.

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Asaja Alicante celebra las últimas lluvias como un auténtico regalo de Navidad para el campo

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Asaja Alicante ha recibido con optimismo el reciente episodio de precipitaciones en la provincia, que ha llegado “como un auténtico regalo de Navidad” para el campo alicantino, “muy castigado por periodos marcados por la sequía”.

En una nota difundida a los medios, la organización agraria destaca que, “en general”, las lluvias “han sido muy beneficiosas” para el sector. Asimismo, pone en valor “la lluvia fina que ha caído de forma suave y progresiva, sin causar erosión por arrastre, ni daños significativos, lo que ha permitido una excelente penetración en el suelo”.

En esta línea, el presidente de la asociación ha expresado su “satisfacción” por los acumulados de lluvia de este jueves, ya que “ha llovido con regularidad en toda la provincia de Alicante y el agua llega en un momento ideal para los cultivos de invierno y secano”.

Además, ha recalcado que “para el campo esta lluvia es oro pues humedece en profundidad, ayuda a lavar las sales, favorece el desarrollo radicular y alivia nuestros acuíferos tan castigados en un territorio señalado por la falta de agua y ausencia de precipitaciones”.

Distribución de la lluvia por comarcas

Según detalla Asaja Alicante, “las mayores cantidades de lluvia se han concentrado en la Marina Alta, donde se han alcanzado registros especialmente significativos”, con hasta 160 litros por metro cuadrado (l/m2) en Pego, 120 l/m2 en Xaló y Alcalalí y 80 l/m2 en Teulada.

En la Marina Baixa, el frente ha dejado acumulados “igualmente destacables”, con una media cercana a los 75 l/m2. En zonas “históricamente más afectadas por la escasez hídrica”, como la Vega Baja y el Baix Vinalopó, las precipitaciones han supuesto un “alivio notable” y, en algunos casos, “inesperado”.

Como dato llamativo, Asaja Alicante apunta que en Elche se ha registrado “el día más lluvioso desde que existen registros”, es decir, desde 1953, y la jornada “con temperaturas más frías desde 1962”. En estas comarcas se han alcanzado valores medios de entre 40 y 50 l/m2 en municipios como Torrevieja, Guardamar, Rojales, Los Montesinos, Orihuela y Elche.

En la comarca de L'Alcoià, las precipitaciones han rondado una media de 65 l/m2, “un volumen especialmente relevante para los cultivos de cereales de secano”. En El Comtat, los registros han sido “más moderados” y se han situado alrededor de los 45 l/m2, “aunque con un impacto igualmente positivo para la agricultura de la zona”.

En contraste, en las comarcas del Vinalopó la incidencia de la lluvia ha sido menor. En áreas del Alto Vinalopó, como Villena, los pluviómetros han marcado en torno a 20 l/m2, mientras que en el Medio Vinalopó los acumulados han sido algo más elevados, con medias cercanas a 35 l/m2 en localidades como Aspe, Algueña y Monforte del Cid. En la ciudad de Alicante y la comarca de L'Alacantí, las precipitaciones han sido “ligeramente más suaves” y han rondado los 30 l/m2.

Terrenos enfangados y balance final

Como “único aspecto negativo”, Asaja Alicante advierte de que “el terreno enfangado complica” las tareas agrícolas en explotaciones que se encuentran en plena campaña de recolección, como la uva de mesa, el olivar, los cítricos y diversas hortalizas, en un contexto en el que la demanda de brócoli, alcachofas y lechugas es “altísima en estos días festivos”.

“Aun así, el balance es claramente positivo. Ahora toca esperar unos días de sol para que los campos se sequen lo justo y las maquinas y trabajadores pueden volver a la recolección con normalidad”, matiza el presidente de Asaja Alicante, José Vicente Andreu.

En este escenario, la organización concluye: “Este episodio navideño de lluvia inyecta una dosis de optimismo al sector agrario alicantino, que sigue luchando contra las adversidades climáticas y dificultades del sector productor primario. Un recordatorio de que, a veces, el mejor regalo no viene envuelto en papel, sino cayendo del cielo”.