El papel lo aguanta todo, llevarlo a la práctica cuesta más. Eso es lo que se desprende de este nuevo retraso por parte de la Comisión Europea del Reglamento EUDR, la normativa que tendría que entrar en vigor a finales de 2025 y que se aplaza un año más. Su objetivo es frenar la deforestación y la degradación forestal en el mundo, limitando la entrada en la Unión Europea de aquellos productos que procedan de terrenos deforestados como la soja (principalmente para la fabricación de piensos para animales); ganado vacuno; cacao; café; palma aceitera; caucho o madera.
Dicho retraso es la respuesta de la Comisión Europea a una carta rubricada por los ministros de Agricultura de 18 estados miembro que solicitaron relajar algunas de las disposiciones de la normativa, alegando su complejidad y carga burocrática.
Según ha apuntado el comisario de Agricultura, Cristophe Hansen, “creo que es una petición que ha llegado de los ministros de Agricultura. Aún tenemos que hacer una labor técnica en la infraestructura de la tecnología de la información para poder alimentar todos los datos necesarios para poder trabajar sin que haya más carga administrativa para los agricultores y las administraciones. Todavía no hemos llegado al final del proceso. Por eso mi colega Jessika Roswall quiere estar en contacto con los co-legisladores para ver si se puede posponer”.
Declaraciones que confirma el portavoz de la Comisión Europea, Olof Gill, a través de Europa Press: «Aunque nuestros esfuerzos de simplificación han sido considerables, hemos llegado a la conclusión de que no podemos cumplir el plazo original sin causar perturbaciones en nuestras empresas y cadenas de suministro. En particular, tenemos serias preocupaciones en cuanto a la capacidad del sistema informático, dada la carga prevista».
Países clasificados por riesgo
Según el Reglamento EUDR, un producto está libre de deforestación cuando ha sido elaborado o alimentado con materias primas producidas en tierras que no han sufrido deforestación después del 31 de diciembre de 2020.
La producción de piensos alimenticios (industria en la que España es la primera de la Unión Europea) será una de las que más se puede ver afectada, puesto que depende de la soja y de otras materias primas procedentes de terceros países. Por ello, la Confederación Española de Fabricantes de Alimentos Compuestos para Animales, CESFAC, se congratula de este aplazamiento siempre que sirva para poner en marcha las herramientas más adecuadas para cumplir la normativa. Asimismo, también plantea que la Comisión Europea aproveche este tiempo para estudiar si se puede añadir una cuarta categoría, la de país “riesgo cero de deforestación”, a las tres que ya establecen el mayor o menor riesgo de los estados a exportar productos procedentes de tierras deforestadas.
Desde CESFAC aseguran que “fuentes fidedignas de Bruselas” les confirman que la Comisión Europea quiere negociar directamente con los representantes nacionales en el Consejo los asuntos relacionados con este Reglamento EUDR, con el fin de evitar una nueva discusión parlamentaria que conllevaría un nuevo desgaste de la normativa.
Por último, hay que tener en cuenta que desde que se aprobó el Reglamento EUDR a mediados de 2023 se han producido importantes cambios a nivel geopolítico. Por ejemplo, la Unión Europea ha ratificado recientemente el acuerdo de Mercosur, (en el que Brasil es uno de los países más potentes), y hace unos días concluyó las negociaciones comerciales con Indonesia, el mayor exportador mundial de aceite de palma.
