La Cátedra del Tajo UCLM-Soliss ha propuesto la implementación de nuevas normativas para la gestión del trasvase que buscan estabilizar las transferencias de agua y reducir las situaciones de excepción hidrológica.
El propósito es facilitar la recuperación de los niveles óptimos en los principales embalses de la cuenca del Tajo, los cuales no logran reestablecerse adecuadamente incluso en años lluviosos, debido a que se prioriza aumentar las transferencias en lugar de reponer las reservas.
Durante el evento ‘Investigando el Tajo’, organizado por la Cátedra del Tajo en colaboración con la Real Fundación de Toledo, el investigador Antonio de Lucas explicó: ‘Como consecuencia, cada periodo seco comienza con niveles insuficientes, lo que genera una situación de excepcionalidad casi permanente y una falta de estabilidad en los trasvases’.
Las normativas vigentes, que fueron modificadas en 2021, partían de un diagnóstico apropiado; sin embargo, no proporcionaban los medios necesarios para cumplir con los objetivos establecidos. A pesar de la obligatoriedad legal de revisar las Reglas de Explotación por el nuevo Plan Hidrológico del Tajo, se hace evidente la necesidad de un cambio que responda a la lógica operativa del sistema.
Las conclusiones de la Cátedra indican que las Reglas de Explotación deben ser técnicamente eficaces y diseñadas de tal manera que permitan la recuperación de los embalses en períodos húmedos, priorizando una gestión adecuada del agua más que cifras predeterminadas. Además, destacan la importancia de considerar la hidrología como el verdadero límite operativo, cuya omisión conduce a inestabilidad y daños en las cuencas implicadas.
De Lucas enfatiza la importancia de un debate centrado en la gestión de la cabecera del Tajo para evitar diagnósticos erróneos y asegurar un manejo más estable y sostenible del sistema del Trasvase Tajo-Segura.
Con este enfoque, la propuesta sugiere mantener siempre los embalses en niveles adecuados, estableciendo un trasvase de 60 hectómetros mensuales cuando el acumulado sea entre 1.300 y 2.000 hectómetros cúbicos, y reduciendo esta cantidad progresivamente hasta suspender los trasvases si el acumulado baja de 400 hectómetros cúbicos.
Esta iniciativa ha sido presentada a la Dirección General del Agua del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, en colaboración con la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha, para su consideración en la revisión de las normativas actuales.
