La Fundación Artemisan, la Real Federación Española de Caza (RFEC), Asiccaza y el resto de organizaciones del sector cinegético han hecho un llamamiento para que, al localizar en el campo jabalíes muertos sin aparentes heridas de disparo, no se les toque ni se les desplace. Aconsejan cubrir el cuerpo con una lona o plástico para impedir que otros jabalíes u otros carroñeros accedan al cadáver, marcar el lugar con algún elemento reflectante y contactar cuanto antes con las autoridades competentes, como agentes forestales o de medio ambiente, SEPRONA o policías autonómicas.
Estas indicaciones forman parte del documento “Preguntas y respuestas sobre la Peste Porcina Africana”, difundido este viernes por las entidades del sector. En él se subraya que la PPA está causada por un virus “extraordinariamente resistente” y que puede propagarse con gran facilidad a través de múltiples vías.
En este sentido, se insiste en la necesidad de extremar la desinfección antes de abandonar la zona de caza. Se detalla que la ropa y el calzado deben lavarse a una temperatura mínima de 60°C; que la cuchillería y cualquier utensilio que haya podido entrar en contacto con el agente patógeno se trate con desinfectantes adecuados que incluyan sosa cáustica, lejía o formalina, entre otros; y que los vehículos se limpien a fondo hasta eliminar cualquier resto de barro o suciedad. “El virus puede sobrevivir en estos materiales, especialmente en la sangre”, han recalcado.
Además, las entidades recuerdan que los cazadores de todo el país deben gestionar correctamente los subproductos generados por su actividad, en especial los procedentes de jabalíes, para que no queden al alcance de otros ejemplares y así disminuir la probabilidad de transmisión de la PPA y de otras patologías.
Cuando la normativa autonómica lo autoriza —algo habitual en recechos y en algunas monterías o batidas con pocas capturas en la mitad norte de España—, se indica que los restos se dejen en lugares despejados y visibles, accesibles para las aves necrófagas. Se recomienda hacerlo a primera hora del día con el fin de favorecer un consumo rápido por parte de estas especies.
En cambio, en cacerías colectivas o monterías de la mitad sur de España, o en aquellos casos en que la normativa lo imponga, los cazadores deben optar por retirar los restos y entregarlos a un gestor autorizado o depositarlos en infraestructuras habilitadas para ello, como muladares o áreas de gestión controlada.
Las organizaciones recuerdan también que, “aunque no se puede cazar en las zonas perimetradas o infectadas, los cazadores pueden contribuir a reducir las densidades de jabalíes mediante distintas modalidades de caza en zonas fuera de los perímetros, por lo que su papel es clave para evitar la expansión de la PPA a otros territorios libres de enfermedad”. De este modo, se pone en valor el papel del colectivo cinegético en el control poblacional del jabalí y en la contención de la enfermedad.











