Desde COAG Salamanca se ha emitido una alerta acerca de la ‘pésima campaña de miel de verano’, afectada por una ‘nula producción que está asfixiando al sector apícola’ debido al impacto del abejaruco, un ave que sigue siendo una especie protegida. Esta situación es interpretada por COAG como una ‘falta de apoyo institucional’.
La organización agraria ha señalado que la sequía prolongada, los cambios bruscos en la temperatura y los incendios forestales son otros factores que han complicado la situación para los apicultores profesionales en la actual campaña apícola.
Durante el verano, se ha observado cómo los abejarucos han bloqueado la salida de las abejas obreras de las colmenas, desencadenando un preocupante proceso de desabejado, según ha destacado COAG. ‘Esta situación se ha revertido ligeramente hace apenas dos semanas, coincidiendo con la marcha migratoria del ave, cuando algunas colmenas han comenzado a mostrar por primera vez cuadros con algo de cría’, han informado.
COAG ha advertido que ‘esta situación no es puntual, sino estructural y creciente’ y que ‘el abejaruco está generando graves pérdidas económicas en zonas donde su presencia es constante en verano’. La organización considera ‘inaceptable’ que, ‘pese a su impacto comprobado, se mantenga su estatus de especie protegida, más aún cuando se trata de una especie invasora en ciertos territorios del Estado’, han resaltado.
Finalmente, COAG ha solicitado a las autoridades una revisión ‘urgente’ del estatus legal del abejaruco y la implementación de planes de control poblacional en zonas apícolas críticas o, alternativamente, la activación de un plan de indemnizaciones por los daños ocasionados por esta ave, similar al aplicado con otras especies protegidas como el oso pardo o el lobo. ‘La apicultura es un sector estratégico para el equilibrio ambiental, la biodiversidad y el desarrollo rural. Abandonarlo a su suerte ante esta situación es injusto, incoherente y profundamente lesivo para los apicultores profesionales’, ha concluido COAG.