Asaja Alicante ha reportado un descenso significativo del 15,2% en la producción de cítricos de la región para la campaña 2025-2026, lo que representa la mayor caída en el ámbito nacional en los últimos 16 años, con una reducción media del 10,8%. Esta situación ha afectado principalmente a los cultivos de limón y mandarina.
La organización ha identificado varias razones detrás de esta caída, incluyendo la “restricción del riego de hasta un 57% desde el inicio del año hidrológico hasta abril y del 33% desde abril a septiembre por parte de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS)”. Además, la región ha enfrentado problemas con el trips de Sudáfrica, que ha debilitado considerablemente la floración este año. Asaja también cita la baja pluviosidad del último año hidrológico y los recortes en el riego como factores adicionales que han impactado negativamente en la producción.
La merma en la producción ha sido especialmente severa en el caso del limón, que ha visto una reducción del 21,9% debido a sus altas necesidades de riego no cubiertas, seguido por la mandarina con un descenso del 16,5%. Asaja Alicante ha expresado su preocupación por las proyecciones del Ministerio para la campaña 2025-2026, que estiman una producción de solo 866.654 toneladas de limón, una cantidad insuficiente para satisfacer la demanda proyectada, lo que podría comprometer el abastecimiento para la industria de transformación.
“En contraposición a esta reducción en el volumen, la calidad del limón en la próxima cosecha será significativamente superior, lo que permitirá un mayor aprovechamiento para el mercado en fresco”, ha afirmado José Vicente Andreu, presidente de Asaja Alicante y citricultor de la Vega Baja. Sin embargo, subrayó la incertidumbre que esto genera en el sector industrial ante un posible déficit de materia prima para la elaboración de zumos y derivados en un contexto de alta demanda internacional.
Desde Asaja Alicante, se hace un llamado a las administraciones para que implementen medidas de apoyo decidido al sector citrícola, ante los retos derivados de la escasez de agua y el contexto geopolítico, buscando promover la competitividad de los productores locales. Además, instan a defender precios justos para los agricultores, dadas las actuales circunstancias económicas y productivas, y a mejorar el control de plagas y el respeto al derecho al agua para un desarrollo sostenible de la agricultura.
“Siempre hemos anunciado que cuando falte el agua, la cesta de la compra subirá”, ha concluido la entidad, que ve esta predicción empezando a materializarse.