En 2025, la producción de garbanzos en la campiña de Huelva y Sevilla, bajo la Indicación Geográfica Protegida ‘Garbanzo de Escacena’, ha sufrido la mayor disminución porcentual desde su inicio en 2014. La IGP ha reportado que las fuertes precipitaciones del primer cuatrimestre del año han impactado negativamente en la etapa de cultivo y desarrollo de la legumbre, concluyendo la temporada con una cosecha de solo 294.620 kilogramos, lo que representa un 63% menos respecto a los 798.298 kilogramos recogidos en 2024.
Estas lluvias continuas han complicado la siembra y el crecimiento del garbanzo, un cultivo que prefiere condiciones secas y es muy vulnerable al exceso de humedad. La zona registró más de 500 litros por metro cuadrado de lluvia entre enero y marzo de 2025, una cantidad que supera la media anual esperada. Esto provocó un encharcamiento del suelo, que causó asfixia radicular, debilitamiento de las plantas y favoreció la aparición de enfermedades fúngicas como la rabia del garbanzo (Ascochyta rabiei) o Phytophthora.
El exceso de humedad también retrasó la siembra y durante la floración impidió una adecuada polinización, lo que redujo el cuajado de vainas y alargó el ciclo del cultivo. Estos factores han contribuido a una notable disminución en la producción, limitándose la comercialización a aquellos garbanzos que cumplen con los estrictos criterios de calidad dictados por la IGP ‘Garbanzo de Escacena’.
Desde la IGP se ha expresado preocupación por que las adversidades climáticas de los últimos años desalienten la siembra de esta legumbre en futuras campañas. Ante esto, se está desarrollando un plan para incentivar la producción en esta única zona de Andalucía con protección geográfica en legumbres, garantizando así la continuidad de un garbanzo que destaca por su calidad superior y que es comercializado por empresas reconocidas como Campo de Tejada, Legumbres Pedro y Legumbres Luengo.