Esta semana ha comenzado la recolección de uvas en la Denominación de Origen Protegida (DOP) Calatayud, arrancando con las variedades blancas más tempranas, como el macabeo y la garnacha blanca, y también con las tintas tempranillo y syrah. Este año, el inicio de la vendimia se ha adelantado en comparación con otros años y se espera una cosecha de aproximadamente seis millones de kilos, una cantidad inferior a la anticipada debido a la escasez de precipitaciones recientes y las tormentas de granizo que han afectado a algunos municipios.
“La cosecha de estas últimas variedades se ha adelantado este año un par de semanas al presentar su punto de maduración óptimo”, ha comentado Javier Lázaro, secretario de la DOP Calatayud.
Almudena Anadón, presidenta de la DOP Calatayud, ha indicado que este año la vendimia ha empezado más temprano que nunca, atribuyendo este adelanto al calor intenso de finales de agosto y principios de septiembre, que ha acelerado la maduración de las uvas. A pesar de los retos climáticos, ha asegurado que la calidad de la uva será “excepcional”.
“La previsión inicial que teníamos era de una añada en la que podíamos llegar a los nueve o diez millones de kilos de uva, aunque hemos tenido que ajustar estos datos por la falta de lluvia y las tormentas; la previsión es que recojamos alrededor de seis, como el año pasado; eso sí, de una calidad excepcional”, ha señalado Javier Lázaro.
Los viñedos de la denominación apenas han sido afectados por el mildiu de la uva, una enfermedad prevalente en otras regiones vitivinícolas, lo que ha contribuido a un excelente estado sanitario del fruto. Con la cosecha de las variedades tintas syrah y tempranillo, y de las blancas ya en curso, que representan solo un 8% del viñedo total en la DOP Calatayud, se espera la recolección de la garnacha tinta en octubre, que constituye más del 70% de la producción total.