Agricultura & Alimentación

El Govern incorpora uvas autóctonas a la IGP Mallorca y ajusta la DOP Pla i Llevant al cambio climático

El Govern adapta la normativa vitivinícola de Pla i Llevant y la IGP Mallorca al cambio climático e incorpora nuevas variedades de uva autóctonas.

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El Govern incorpora uvas autóctonas a la IGP Mallorca y ajusta la DOP Pla i Llevant al cambio climático

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El Govern ha decidido incluir nuevas castas de uva autóctonas en la Indicación Geográfica Protegida (IGP) Mallorca y ha revisado la normativa de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Pla i Llevant para adaptarla a las consecuencias del cambio climático.

Según ha detallado en una nota de prensa la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural, a través de la Dirección General de Calidad Agroalimentaria y Producto Local se ha aprobado una modificación del pliego de condiciones de la IGP Mallorca. El objetivo es adecuar la normativa vitivinícola a las nuevas circunstancias climáticas, reforzar el vínculo de los vinos con el territorio y avanzar en la simplificación de los trámites administrativos del sector. Estos cambios, ya publicados en el BOIB, introducen novedades significativas tanto en los requisitos técnicos de los vinos protegidos como en la regulación de las variedades autorizadas, fruto de un trabajo consensuado con el sector y respaldado por estudios científicos.

En lo que respecta a la zona Pla i Llevant, la reforma rebaja el nivel mínimo de acidez total de los vinos tranquilos y espumosos hasta 3,5 gramos por litro de ácido tartárico. Esta modificación se justifica por el incremento continuado de las temperaturas durante la maduración de la uva, que en las tres últimas décadas ha conllevado una reducción natural de la acidez de los mostos, de acuerdo con un estudio de la Universitat de les Illes Balears (UIB).

En esta línea, el director general de Calidad Agroalimentaria y Producto Local, Joan Llabrés, ha señalado que "la nueva regulación permite reducir la necesidad de correcciones artificiales de acidez, que pueden generar problemas de estabilidad y alteraciones organolépticas, sin que ello tenga un impacto negativo en la calidad del vino. Además, la medida se alinea con otras figuras de calidad de territorios climáticamente similares, como algunas denominaciones de origen de Cataluña y de la Comunidad Valenciana".

De forma paralela, la Orden introduce una medida de simplificación administrativa que suprime la obligación de renovar cada año las autorizaciones para indicar la añada y la variedad en los vinos sin DOP ni IGP. "La experiencia acumulada de más de 15 años de gestión ha demostrado que este requisito no es necesario y que la Administración dispone de mecanismos suficientes para actuar ante posibles usos indebidos del etiquetado", ha subrayado Llabrés.

Respecto a la IGP Mallorca, el nuevo pliego de condiciones permite incorporar las variedades locales 'escursac', 'giró negre' y 'esperó de gall' como aptas para la elaboración de vino. Son cepas con documentación histórica en la isla desde el siglo XIX y con un notable arraigo territorial, que en las últimas décadas han sido objeto de un proceso de recuperación impulsado por el propio sector.

"Los vinos elaborados con estas variedades han demostrado una alta calidad, con reconocimiento por parte de la prensa especializada y altas puntuaciones en guías de prestigio. Además, aportan perfiles aromáticos diferenciados, especialmente notas de frutos rojos, y permiten obtener vinos con una graduación alcohólica más moderada, en línea con las tendencias actuales del mercado. En el caso del 'escursac', también se ha acreditado una elevada eficiencia hídrica, un factor clave en el contexto climático actual", ha destacado el director general.

La revisión del pliego también actualiza la descripción del color de los vinos tintos para ajustarla mejor a la realidad actual del sector. En los últimos años, las variedades autóctonas han ido ganando peso hasta el punto de que, en 2024, más de la mitad de las partidas calificadas incluían mayoritariamente uva local, lo que se traduce en vinos con una intensidad de color más diversa, sin menoscabo de su calidad ni de su prestigio.

"Con estas modificaciones, se refirma el compromiso con un sector vitivinícola más adaptado al cambio climático, arraigado al territorio, competitivo y con menor carga administrativa, reforzando al mismo tiempo la identidad y la calidad de los vinos de las Baleares", ha concluido Llabrés.