Un reciente estudio ha evidenciado que las emisiones de CO2 de las granjas intensivas en Baleares pueden ser hasta cuádruples en comparación con las granjas extensivas. Esto se desprende del informe final del Proyecto de Huella de Carbono en Explotaciones Ganaderas, que fue presentado por la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural en la Universitat de les Illes Balears.
Elaborado con la colaboración de la Fundació Universitat-Empresa de les Illes Balears, el estudio detalla el impacto climático de las explotaciones de bovino, ovino y porcino durante la temporada 2023-2024. Fernando Fernández, director general de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, destacó la importancia de contar con datos concretos en lugar de estimaciones genéricas para la toma de decisiones futuras.
Las diferencias son notables entre los tipos de explotaciones. Por ejemplo, una granja ovina extensiva registra solo 0,30 toneladas de CO2 equivalente por hectárea, mientras que una intensiva de vacuno de leche alcanza las 4,06 toneladas, superando en más de cuatro veces a la primera. Este incremento se asocia con el grado de intensificación y la densidad ganadera.
La fermentación entérica se identifica como la principal fuente de emisiones, variando su impacto según la especie. Además, otras fuentes como los vehículos y la maquinaria agrícola también contribuyen de manera significativa a las emisiones en las granjas con más actividad.
El estudio también resalta la eficacia de las instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo en la reducción de emisiones, demostrando el beneficio ambiental de las energías renovables. La Conselleria, basándose en estos datos, se propone reforzar la implementación de estas tecnologías y optimizar la gestión agrícola para el 2025.
Al concluir la presentación, Fernández enfatizó la importancia de traducir estos hallazgos en acciones concretas que mejoren la sostenibilidad y reduzcan las emisiones del sector ganadero en las Islas Baleares.