El Consejo de Gobierno ha dado luz verde a un decreto que fija las bases de las ayudas destinadas a mejorar la bioseguridad en las explotaciones ganaderas extensivas de bovino y/o caprino en Extremadura, y ha autorizado la primera convocatoria con un presupuesto de 2.439.000 euros, cofinanciado en un 75 por ciento por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader).
La norma tiene como finalidad respaldar económicamente las inversiones de carácter no productivo que el titular de la explotación, ya sea persona física o jurídica, acometa en su granja para facilitar la convivencia de la ganadería extensiva de estas especies de producción con la fauna silvestre, en especial la cinegética de caza mayor, en el ecosistema de dehesa.
Con ello se persigue hacer compatibles y sostenibles ambas actividades, ordenar las poblaciones cinegéticas para asegurar la conservación del entorno natural, proteger la salud pública y reducir el riesgo de transmisión de zoonosis.
Entre las actuaciones que podrán recibir subvención se incluyen bienes de equipo como comederos y bebederos, máquinas de limpieza y desinfección, cerramientos para alimentación suplementaria, construcción de charcas ganaderas, conducciones de agua, pozos de sondeo o intervenciones sobre el terreno para cultivos preventivos orientados a la mejora del hábitat, según ha detallado la portavoz de la Junta, Elena Manzano.
Las personas solicitantes deberán aportar una memoria descriptiva de la inversión siguiendo el modelo previsto en el decreto, así como un programa de bioseguridad de la explotación ganadera, ajustado al contenido fijado en la norma, firmado por un veterinario y acompañado de un compromiso expreso de ejecución.
La ayuda cubrirá el 50 por ciento de la inversión aprobada para un gasto comprendido entre 6.000 y 60.000 euros por explotación, con un importe mínimo y máximo de financiación de 3.000 y 30.000 euros, respectivamente.
Ampliación de las comarcas ganaderas en Extremadura
Por otra parte, el Consejo de Gobierno ha emitido un pronunciamiento favorable a la tramitación del proyecto de decreto de comarcas ganaderas en Extremadura, a efectos de la aplicación de la normativa de sanidad animal.
Desde la aprobación del decreto 64/1990, de 31 de julio, Extremadura cuenta con una estructura de 15 comarcas (Oficinas Veterinarias de Zona), de las que 8 se ubican en la provincia de Badajoz y 7 en la de Cáceres.
El nuevo decreto plantea ampliar el número de comarcas ganaderas hasta 43, configurándolas como unidades epidemiológicas intermedias entre el municipio y las actuales Oficinas Veterinarias de Zona, con el fin de lograr una gestión “más eficiente” de las medidas de control sanitario que se aplican en los programas de vigilancia, control y erradicación de enfermedades animales.
Las 15 Oficinas Veterinarias de Zona existentes seguirán siendo las unidades administrativas y funcionales de referencia. La consejería competente ejerce sus funciones en materia de sanidad, higiene y bienestar animal, trazabilidad ganadera y controles oficiales en producción primaria sobre una estructura territorial definida, que asegura una atención al ganadero próxima y eficaz.
No obstante, la Junta subraya que hoy resulta imprescindible incorporar un criterio adicional al de la mera organización administrativa del personal encargado de estas competencias: el análisis epidemiológico vinculado a la presencia de enfermedades animales y a la necesidad de adoptar decisiones de control acordes con las exigencias sanitarias actuales.
Tras una “revisión técnica exhaustiva” de parámetros como la orografía, la densidad de población ganadera y la extensión de las comarcas actuales, se ha considerado oportuno fijar un mayor número de comarcas ganaderas de carácter epidemiológico, manteniendo, sin embargo, la misma estructura organizativa y funcional de los servicios y de las Oficinas Veterinarias de Zona creadas mediante la orden de 29 de enero de 1991 de la Consejería de Agricultura, Industria y Comercio.
Según destaca la Junta, los ganaderos extremeños serán los principales beneficiarios, ya que esta nueva comarcalización permitirá adoptar decisiones “más ajustadas en cuanto a las dimensiones geográficas para el control de las enfermedades de los animales”.










