La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore) ha introducido en Extremadura un modelo de financiación probado anteriormente en regiones como Castilla y León y Andalucía, que permite a los regantes extremeños reducir su contribución económica del 50 al 20 por ciento en proyectos de modernización de regadíos.
Este convenio representa un “fuerte impulso” para la transformación de las explotaciones agrícolas en la región, que aún tiene pendiente la modernización de más de 60.000 hectáreas.
Participación Autonómica y Ahorro Económico
La estrategia incluye la participación de las comunidades autónomas con fondos de Desarrollo Rural, minimizando así “de forma sustancial” la carga financiera de los agricultores. Con este nuevo acuerdo, los agricultores extremeños se beneficiarán de un “mejor esquema de financiación”, ahorrando un 30 por ciento en comparación con el 50 por ciento anterior.
El apoyo proviene de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Sostenible de Extremadura y la Sociedad Mercantil Estatal de Infraestructuras Agrarias (Seiasa), que financian el 30 y el 50 por ciento de la ejecución, respectivamente.
Los fondos se dirigirán principalmente a la modernización de las comunidades de regantes de la Presa de Las Fraguas en Cáceres y los Canales de Montijo y de Orellana en Badajoz. Estos proyectos se añaden a los 59,6 millones de euros destinados a otras seis obras en Extremadura, como parte del Plan para mejorar la eficiencia y sostenibilidad de los regadíos, según ha comunicado Fenacore.
Reducción de Aportaciones en Otras Regiones
En Castilla y León, la aportación de los regantes se ha reducido al 24 por ciento, mientras que en Andalucía, la contribución es ahora del 30 por ciento. “Fenacore lleva defendiendo desde hace tiempo por un modelo de cooperación entre administraciones que evite la confrontación política y que se centre en iniciativas prácticas que tengan un impacto real sobre la sociedad”, afirmó Juan Valero de Palma, presidente de Fenacore.
La jornada organizada recientemente en Extremadura contó con la participación de altos representantes gubernamentales y regionales, destacando la importancia del regadío como motor económico y la necesidad de una colaboración institucional para avanzar en la modernización y sostenibilidad del sector.