La Unión Europea cerró en la madrugada de este sábado un acuerdo sobre el reparto de las cuotas de pesca en aguas comunitarias del Atlántico y el Mediterráneo. El pacto mantiene en el Atlántico el mismo cupo de captura de merluza, pero impone una drástica reducción del 90% en la cuota de caballa. Otras especies, como el lenguado del Cantábrico y el abadejo, afrontan recortes del 9% y del 13% respectivamente.
El ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, detalló que, en el Atlántico, España ha logrado suavizar el ajuste que proponía la Comisión Europea para el lenguado del Cantábrico, que pasa del 28% inicial al 9% finalmente acordado, mientras que en el golfo de Vizcaya la rebaja será del 1%. En el caso del abadejo, también se ha rebajado la ambición de Bruselas, de un recorte del 26% planteado al 13% que se ha terminado pactando.
En cuanto a la merluza, considerada la especie más emblemática y valiosa de los caladeros ibéricos, España conservará la misma cuota para el próximo ejercicio, lo que permitirá capturar hasta 17.445 toneladas. Planas calificó esta cifra de “magnífica” a su llegada al encuentro, subrayando la importancia de este resultado para la flota.
La situación es muy distinta para la caballa, una especie pendiente todavía de acuerdos de reparto con estados costeros como Noruega. Siguiendo el dictamen científico, la UE ha fijado límites de captura provisionales para los seis primeros meses de 2026, del -70 %, mientras se cierran los acuerdos definitivos. Dado que la campaña de pesca de esta especie se desarrolla más adelante en el año, los Veintisiete han aceptado aplicar de forma provisional un recorte del 90%.
Mediterráneo
En el Mediterráneo, el compromiso alcanzado permitirá a la flota española mantener en 2025 los actuales 143 días de faena, aunque supeditado a la continuidad de determinadas medidas de compensación ya en marcha.
Planas admitió que las conversaciones de este año han sido “más difíciles” que en ejercicios anteriores por el enfoque especialmente restrictivo con el que partía el Ejecutivo comunitario. “Es un éxito evidente”, afirmó sobre el resultado de las negociaciones, reivindicando el esfuerzo realizado por el sector y recalcando que la flota no tendrá que asumir nuevas restricciones adicionales.
La propuesta inicial de Bruselas contemplaba un recorte del 65% de los días de actividad, hasta apenas 9,7 días, con la opción de recuperar un nivel similar al de 2024 —en torno a 130 días— si se aceptaban nuevas medidas de compensación, un planteamiento que tanto el Gobierno como los representantes del sector miraban con desconfianza.
Además de las puertas voladoras y de la modificación de las mallas aplicadas este año, la Comisión planteaba vedas para la pesca con arrastre de gamba roja en aguas con profundidades inferiores a 600 metros, así como un veto general a la pesca de arrastre por debajo de los 800 metros.
Finalmente, la UE ha optado por prorrogar a 2025 los actuales límites de captura de la gamba roja en aguas españolas y francesas, y ha decidido hacer lo mismo con especies de características similares presentes en aguas italianas.











