Gobierno de Aragón y organizaciones agrarias firman un pacto contra la nueva PAC que propone Bruselas

El Gobierno de Aragón, junto a la totalidad de las organizaciones profesionales agrarias –UAGA-COAG, Asaja, Araga y UPA– y las cooperativas agroalimentarias, han rubricado este miércoles un pacto para mostrar su oposición «frontal» a la Política Agraria Común (PAC) 2028-2034 en los términos en los que la Comisión Europea la ha planteado.

Tras la firma del documento, el presidente del Gobierno autonómico, Jorge Azcón, ha calificado el acto como «histórico», ya que «no es sencillo» poner de acuerdo a organizaciones «tan dispares» y ha advertido de que lo que exigen no son «matices» ni «pequeños retoques», sino «un cambio radical» en la nueva PAC.

Ese cambio deberá respetar y mejorar las cuantías destinadas a los profesionales del campo, pero la primera reclamación es que se piense «en los agricultores y ganaderos que viven en nuestro territorio, que dan vida a muchísimos pueblos y que, durante los últimos años, tienen la sensación de haber sido olvidados por muchas administraciones».

«Defender una PAC justa es defender la principal política para luchar contra la despoblación en la Comunidad», ha apuntado Azcón, quien ha subrayado, no obstante, que hay un margen de mejora «espectacular» tanto para que las ayudas a los profesionales del campo no se reduzcan como para que «muchos de los errores» que ha incluido Bruselas en su propuesta «se puedan revertir».

«Vamos a trabajar de forma unida, vamos a colaborar, vamos a cooperar, vamos a arrimar el hombro porque sabemos lo que significa la agricultura y la ganadería en nuestra comunidad autónoma», ha recalcado, recordado que más de 55.000 aragoneses trabajan en el sector primario, que aporta el 15% de la riqueza regional y es el principal motor económico en 23 de las 34 comarcas de Aragón.

A ello ha sumado que más de un millar de empresas agroalimentarias crean 20.000 puestos de trabajo cada año y que la mitad de las mayores compañías de la comunidad están ligadas con el sector primario, por lo que «todo lo que tiene que ver con la agricultura y con la ganadería es un pilar fundamental de la forma de vida que tenemos los aragoneses».

«UN CAMINO DE MUCHOS AÑOS»

El presidente aragonés ha apostado por que este pacto sirva para «iniciar un camino que va a durar muchos años», ya que todavía quedan años hasta la aprobación del presupuesto comunitario que incluya la nueva PAC y en el proceso van a tener que opinar varias presidencias nacionales del Consejo de la UE, el Parlamento Europeo, el Consejo, la Comisión, el Comité de las Regiones, el Consejo Económico y Social de la UE y, en definitiva, «muchísimos» organismos, lo que amplía el margen de mejora para la propuesta.

Ha celebrado que la lucha por el campo aragonés no acabe politizándose «por unos o por otros» como ocurre en otros asuntos, por lo que ha agradecido a las organizaciones agrarias su «responsabilidad», porque «sin hombres y mujeres que sean conscientes de lo que nos estamos jugando sería imposible firmar un documento como el que hoy hemos firmado».

«Una vez más, los aragoneses demostramos que nos vamos a unir para lo que de verdad importa, que en este caso es defender el territorio, defender a los ganaderos y agricultores esforzados que tenemos», ha concluido Azcón, antes de elogiar el trabajo y la «visión» del consejero del ramo, Javier Rincón, que ha estado «muchos meses» trabajando con las organizaciones agrarias para conformar este frente común.

Antes de dar paso a los dirigentes agrarios, Rincón ha subrayado que este pacto es «un manifiesto claro y firme» contra la nueva PAC porque «no responde ni a las necesidades reales de nuestros agricultores y ganaderos ni a la realidad de nuestro medio rural y pone en serio peligro el futuro inmediato del sector». Por ello, ha asegurado que el Gobierno de Aragón «siempre estará al lado del sector», trabajando juntos «con firmeza y unidad» para reclamar a Bruselas «una PAC justa que garantice la continuidad de nuestras explotaciones y la vida de nuestros pueblos».

REPRESENTANTES AGRARIOS

En el turno de los representantes del sector, el secretario general de UAGA-COAG, José María Alcubierre, ha destacado la «frustración» que existe en el campo ante la propuesta de la Comisión Europea, que a su movez ha potenciado la reivindicación para que no se «desmantele» la PAC.

«Los presupuestos se tienen que activar y no puede haber este grado de reducción porque dependemos muchas familias de la agricultura y la ganadería, no sólo aquí en Aragón, sino en toda la UE», ha agregado Alcubierre, quien ha instado a seguir trabajando «unidos» para buscar alternativas para mantener un sector «fuerte» y «con personas».

Por su parte, su homólogo de Asaja Aragón, Ramón Solanilla, ha alertado de las «amenazas» de «recortes» que llegan desde la capital comunitaria, a lo que ha sumado las exigencias que tienen los profesionales del campo, que cree que «deberían desaparecer por completo».

Además, en un contexto geopolítico «muy complicado» por las guerras, ha resaltado la importancia de la alimentación y de los que «tienen que dar de comer a la población», lo que le ha llevado a la conclusión de que «no se pueden poner trabas en el campo para producir». «Nos tienen que dejar trabajar», ha remachado.

Desde Araga, su presidente, Federico Lorente, ha calificado de «preocupante» la propuesta de la Comisión Europea porque «se lleva por delante el modelo de agricultura y ganadería social, profesional y familiar», con lo que es «un desastre».

Enrique Arceiz, de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) de Aragón, ha afirmado que estarán «al lado» tanto del Gobierno de Aragón como del de España para que «no se dé ni un paso atrás» en el modelo de ayudas al sector primario, añadiendo que no se puede aceptar esta reforma con un recorte que ha calculado en el 22%. «Con lo que a día de hoy nos están anunciando, el campo aragonés se morirá y también morirán nuestros pueblos», ha advertido.

Por último, el presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Aragón, José Víctor Nogués, ha incidido en que, como empresas del territorio, defienden «un modelo muy claro», el de «pueblos vivos» con actividad en lo que saben «hacer bien», que es producir alimentos.

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