La implementación de técnicas regenerativas combinadas con la agricultura del carbono podría conllevar “numerosos beneficios productivos, económicos y ambientales”, de acuerdo con los hallazgos de los proyectos AgriRegenCat y AgriCarboniCat, promovidos por el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA).
Estas iniciativas, que han contado con una financiación de 2,6 millones de euros del Fondo Climático, administrado por el Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat, podrían transformar significativamente la práctica agrícola en Cataluña. Así lo ha comunicado la Conselleria en una nota de prensa emitida recientemente.
Los estudios aplicados en campos de cultivo extensivos, arroz, huertos, viñas y manzanos, así como el análisis de microorganismos del suelo y una evaluación económica, sugieren que estas prácticas pueden mejorar notablemente la salud del suelo y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las técnicas estudiadas promueven un aumento en la fertilidad y actividad biológica del suelo, una mayor retención de agua y una mejor resiliencia ante la sequía. Además, permiten una reducción en el uso de fertilizantes químicos y pesticidas y minimizan las emisiones de CO2 relacionadas con la gestión de terrenos agrícolas.
El IRTA, junto con el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (Creaf) y la Universitat de Lleida (UdL), han desarrollado estos proyectos en fincas experimentales y demostrativas, con el objetivo de extender estos conocimientos a los agricultores de la región.
