Francesc Puiggròs, director científico del Área de Biotecnología de Eurecat, ha declarado en una entrevista a Europa Press que la incorporación de harinas de insectos en la dieta humana “será imparable”. Esta afirmación surge como respuesta al desafío de suministro de proteínas de origen animal, exacerbado por el aumento demográfico y el impacto ambiental de la ganadería.
Según Puiggròs, aunque el uso de estas harinas ya está permitido, como en el caso de las larvas del escarabajo de la harina, su adopción es limitada debido a “la aceptación cultural”. “Es cuestión de explicar bien que son productos que organolépticamente son buenos”, comentó, anticipando que las nuevas generaciones podrían acelerar su aceptación.
En un experimento, se añadió harina de larvas del escarabajo al alimento de pollos, resultando en un crecimiento “igual de bien” que con el pienso tradicional. Puiggròs también mencionó la investigación en proteínas vegetales, destacando que no siempre alcanzan el valor biológico de las animales.
CARNE CULTIVADA
Además, Puiggròs ha explorado la carne cultivada, generada a partir de células animales, como una alternativa viable, ya comercializada en Asia, pero aún no en Europa.
NUTRICIÓN DE PRECISIÓN
Otro enfoque es la nutrición de precisión grupal, que estudia los patrones metabólicos de subgrupos poblacionales. Aun así, “hay pocas empresas que apuesten” por este enfoque debido a la falta de desarrollo suficiente para establecer modelos de negocio rentables. La implementación masiva requeriría que los consumidores conocieran su ‘metabotipo’ y microbiota.
















