Un santuario con cerdos en Rubí (Barcelona) recibe la visita de Agents Rurals por la PPA

Una cuidadora de un santuario de animales en Rubí afronta inspecciones por la PPA y la exigencia de informes veterinarios para sus cerdos y un jabalí.

La responsable de un ‘santuario’ de animales en Rubí (Barcelona) ha recibido la visita de los Agents Rurals de la Generalitat, encargados de controlar la expansión de la peste porcina africana (PPA). “Buscaban jabalíes muertos, que no han encontrado, pero, como tengo cerdos y un jabalí, tengo que acreditar que están sanos”, ha explicado a Europa Press.

Durante la inspección del refugio, situado dentro del área donde las administraciones han intensificado la vigilancia, los agentes le solicitaron la documentación que demuestra la legalidad del santuario ‘En Nuestra Casa de Madera’. Aunque en un primer momento no disponía de todos los papeles, el Ayuntamiento ha accedido a tramitarle los permisos necesarios, según relata la propietaria.

“En una segunda visita me han pedido los informes de los veterinarios para demostrar que los 5 cerdos y el jabalí están sanos. Están vacunados y chipados, pero necesito el papel oficial. Los agentes se han portado muy bien conmigo”, añade.

La mujer gestiona en solitario este ‘santuario’, donde viven 51 animales, entre ellos cerdos, jabalíes, ovejas, gatos y pavos, entre otras especies. Para hacer frente a los gastos, organiza rifas benéficas y participa en mercadillos con distintas actividades: “No tengo voluntarios y mi exsuegro me ayuda mucho”.

Con experiencia previa como auxiliar de veterinaria en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), durante la pandemia de Covid le diagnosticaron una enfermedad. A raíz de ello decidió volcarse en el cuidado de animales rechazados por la sociedad y puso en marcha el ‘santuario’ en la misma vivienda en la que reside desde hace 20 años.

“CUESTA DINERO”

Insiste en que sus cerdos se encuentran en buen estado, pero ahora debe demostrarlo con informes veterinarios, tal y como le exigen los Agents Rurals: “Y eso cuesta dinero y el puente (de la Purísima) lo ha retrasado”.

Raquel admite que entiende que haya personas que no compartan su labor, aunque reclama respeto, ya que asegura que recibe insultos de “muchos ‘haters” que no ha ido a mayores.

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