El sector agroalimentario es uno de los más importantes en la economía española, ya que su peso supuso el 8,6% del Producto Interior Bruto (PIB) y el 11,5% del empleo en 2024. De esta forma, sumando el valor económico que generan los tres eslabones que componen la cadena alimentaria (agricultura, ganadería y pesca, industria alimentaria y distribución) éste es el segundo sector económico más importante del país, estando sólamente por detrás del turismo.
Según datos del “Observatorio sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo”, elaborado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas, IVIE y Cajamar, la cadena alimentaria generó 125.160 millones de euros, (un 3.9% más que en 2023) y 2,5 millones de puestos de trabajo en 2024.
La distribución es el eslabón con un mayor peso económico, abarcando el 42% del total y el 50% del empleo. Por su parte, la agricultura, la ganadería y la pesca han crecido en los últimos años, suponiendo el 32% de la cadena y superando al valor de la industria, que se mantiene en el 24% del sector.
A nivel europeo, España es uno de los primeros cuatro estados miembro tanto en producción de alimentos como en industria alimentaria, así como en percepciones de fondos vinculados con la Política Agraria Común, PAC, una de las más tradicionales en Europa (fundada en 1962) y casi la única política que es común en todos los estados de la Unión.
Exportaciones y vertebración del territorio
Sin embargo, estas macromagnitudes adoptan otras perspectivas más importantes cuando se enfocan desde otros puntos de vista.
En primer lugar, el de la exportación: el sector agroalimentario es la punta de lanza de la balanza comercial española, aportando casi el 20% del total de las exportaciones nacionales. España es el séptimo país del mundo y el cuarto de la Unión Europea en exportación de alimentos, siendo frutas, hortalizas, carne de porcino, aceite de oliva y vino los productos más emblemáticos y los países europeos los principales lugares de destino.
En segundo lugar, el territorial: la industria agroalimentaria es la primera industria manufacturera del país, con casi 28.000 empresas que generan el 21% del Valor Añadido Bruto, VAB, del segundo sector. Según la Federación de Industrias y Bebidas, FIAB, el 96% de este colectivo son entidades pequeñas y medianas, con menos de 50 trabajadores, que, por su idiosincrasia, están más arraigadas al medio rural, (el 74% se encuentran ubicadas en localidades de menos de 50.000 habitantes y el 17% de la población rural está vinculada a ellas), por lo que la industria alimentaria supone un importante elemento vertebrador para el territorio. Castilla y León, Castilla La Mancha, Navarra, Murcia o La Rioja son comunidades autónomas donde el peso del sector agroalimentario es clave en la economía regional.
La cesta de la compra
La diferencia de precios entre el productor y el consumidor ha sido uno de los asuntos que más titulares de prensa ha ocupado en los últimos años. De hecho, la subida de los alimentos debido, principalmente, a la inflación ha sido una cuestión de considerable interés para los ciudadanos.
Según el informe de IVIE y Cajamar, en 2024 se frenó el incremento de los precios de los alimentos y bebidas, y comparando los precios españoles con los del conjunto de la UE, la mayoría de los productos son más económicos que en el resto de estados europeos (salvo las bebidas no alcohólicas).
Dicho estudio también afirma que la distribución española, a pesar de ser el eslabón con más valor de la cadena alimentaria, es menos competitiva que sus homólogas europeas, posiblemente porque en España los ciudadanos prefirieren la distribución alimentaria que sigue el modelo del supermercado, que requiere de muchos más establecimientos cercanos al hogar, frente al hipermercado o otras grandes superficies que precisan de desplazamientos más largos. Según un informe de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados, en España hay más de 25.500 establecimientos, lo que se traduce en uno cada 1.899 habitantes.