La organización Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos ha emitido un llamado a las Comunidades Autónomas para que continúen apoyando la vacunación contra la lengua azul, y con el respaldo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ayuden a los ganaderos a enfrentar esta enfermedad.
Comparando con datos del año anterior, Unión de Uniones reconoce que, inicialmente, «la vacunación estaría teniendo un impacto positivo», observando que en los nuevos brotes no se ha detectado el serotipo 4, que es el más prevenido por la vacuna, aplicada a casi un 90% del ganado, en contraste con solo un máximo del 25% en el serotipo 1 en ovino.
Hasta el 15 de septiembre, en la península, se han identificado brotes de los serotipos 1, 3 y 8. La entidad ha solicitado a las Comunidades Autónomas que sostengan el mismo nivel de apoyo económico e institucional del año pasado en la administración de vacunas.
En regiones como Castilla-La Mancha, con un sector ovino relevante, se ha decidido financiar la vacunación al 100%, aunque la organización critica que esta medida «llega tarde», ya que otras áreas habían adoptado esta política anteriormente, limitando así la protección de los rebaños y causando «un gran coste extra» para los ganaderos «que sufren los estragos de la enfermedad en sus explotaciones».
Además, Unión de Uniones demanda al Ministerio de Agricultura que colabore con las consejerías para promover el desarrollo de una vacuna polivalente «segura y efectiva» apta para todos los serotipos. También propone que en todas las áreas, los veterinarios de las granjas y de las Agrupaciones de Defensa Sanitaria sean quienes administren las vacunas en lugar de personal de la administración o empresas encargadas, que a menudo «están desbordados».
Según comunica Unión de Uniones, desde el despacho de Luis Planas, se ha prometido intensificar la labor de sensibilización para la vacunación. La organización enfatiza la importancia de comunicar las expectativas reales de las vacunas, que, aunque no evitan la enfermedad, podrían disminuir la viremia y la duración de la misma, así como la severidad de los síntomas y, por ende, las pérdidas.
También insta a identificar las barreras que impiden a los ganaderos vacunar y buscar soluciones, como la gratuidad de las vacunas, permitir la vacunación por parte del veterinario de la granja/ADS en todos los territorios, información sobre el potencial de las vacunas o compensaciones por pérdidas a pesar de la vacunación.
Finalmente, reporta que las granjas experimentan «un gran perjuicio, tanto material como inmaterial» debido a esta enfermedad, y enfrentan pérdidas económicas que «no están compensadas en ningún caso».