La organización agraria UPA-UCE ha expresado su alarma ante las adversidades que enfrenta el olivar tradicional en la actual campaña, atribuibles a las condiciones climáticas adversas y a la fluctuación de precios. Han previsto una “reducción importante” tanto en la producción de aceituna de mesa, ya establecida, como en la de aceite, afectadas por las altas temperaturas del verano y la escasez de precipitaciones al inicio del otoño.
“Esta situación está generando un estrés hídrico en los árboles que va a reducir la producción de forma muy importante si no llueve pronto”, subrayó Ignacio Huertas, secretario general de UPA-UCE, durante una conferencia de prensa.
Actualmente, la aceituna de mesa es la más perjudicada, con la recolección en curso y una entrada reducida debido a su escaso calibre, esperándose una disminución en la producción de “más del 50 por ciento en Extremadura en comparación con una campaña normal”. En el norte de Cáceres, se anticipa incluso una reducción del 70 por ciento, lo que representa pérdidas superiores a los 35 millones de euros para los olivareros de la región.
Ante esta situación, UPA-UCE Extremadura y Asomanca han solicitado a la Junta de Extremadura que implemente medidas de apoyo para los agricultores afectados por estas pérdidas continuas.
CAMPAÑA DE ACEITE
En lo que respecta al aceite, la producción nacional estimada se sitúa en 1.371.000 toneladas, marcando un descenso respecto al año anterior y con posibilidades de empeorar si persiste la ausencia de lluvias. La campaña de enlace muestra una tendencia decreciente con aproximadamente 300.000 toneladas.
La campaña de comercialización se mantiene en niveles similares a los del año pasado, lo que significa que, por tercer año consecutivo, la venta de aceite superará a la producción. “No entendemos que los precios no estén remontando ya porque siguen siendo precios muy bajos para la situación de mercado que tenemos”, indicó Huertas.
UPA-UCE Extremadura ha denunciado la “manipulación del mercado que se está produciendo para mantener unos precios bajos sin justificación” y ha instado a las cooperativas, responsables de más del 60 por ciento de la producción, a que “se unan y no vendan a estos bajos precios porque estarían dañando al olivar tradicional”.













