La entidad agraria UPA-UCE Extremadura ha estimado que las pérdidas económicas para los cultivadores de tomate alcanzan los 76 millones de euros en la presente campaña, atribuyendo esta situación a las condiciones climáticas adversas y a los “precios ruinosos” establecidos por el sector industrial.
La temporada de tomate, que ya se encuentra en su fase final con más del 90% del cultivo ya entregado a las fábricas, ha sido descrita por UPA-UCE como devastadora para los agricultores, observando un descenso del 20% en la producción frente a las cifras inicialmente contratadas.
Desde UPA-UCE se destaca que las lluvias tardías de la primavera provocaron retrasos significativos en la siembra, resultando en plantas más débiles y susceptibles a enfermedades, situación que se agravó con las altas temperaturas de agosto. Además, critican los “precios ruinosos que impuso el sector industrial”, que no alcanzan a cubrir los costes de producción y que, sumados a la menor producción, “van a ocasionar gravísimas pérdidas a los productores de tomate extremeños”, según la nota de prensa de la organización.
Ignacio Huertas, secretario general de UPA-UCE Extremadura, ha enfatizado que estas pérdidas millonarias, que se estiman en unos 76 millones de euros, suponen un serio problema para la sostenibilidad de los productores en la región y critica la situación de desventaja que enfrentan los agricultores frente a las industrias que continúan obteniendo grandes beneficios.
Además, Huertas advierte que la práctica de imponer precios bajos por parte de las industrias podría comprometer la continuidad de los productores de tomate en Extremadura. La organización espera aún las decisiones de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) sobre el “incumplimiento reiterado de las industrias de precios que no cubren los costes de producción”.