La región del Marco de Jerez de la Frontera ha finalizado su temporada de vendimia con una recolección de 35 millones de kilos de uva, lo que representa un descenso del 45% en comparación con los 62,5 millones de kilos del año anterior. Este año, el rendimiento promedio ha sido de 5.500 kilos por hectárea.
Según informó el Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Jerez-Xérès-Sherry y Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda, la campaña de 2025 comenzó el 5 de agosto y estuvo afectada por el mildiu y una intensa ola de calor durante el mes, complicando la maduración de la uva.
Actualmente, solo quedan pequeñas cantidades de uva que se están procesando para la producción de vinos dulces. Esta situación marca el cierre de una temporada que ha sido breve y desafiante, especialmente debido a las lluvias de mayo que mermaron la cosecha en un 30% respecto al año pasado, y a la falta de ‘blandura nocturna’ que impidió la recuperación de la viña durante la noche.
A pesar de los retos, la uva ha mantenido un buen estado sanitario y un grado medio de 12,5º, condiciones favorables para una adecuada vinificación. El esfuerzo continuo de los viticultores ha sido clave para manejar los desafíos de esta temporada.
El Consejo Regulador también ha destacado la importancia del sistema de criaderas y soleras, que permite a las bodegas equilibrar los efectos de las vendimias menos productivas con las más abundantes, como la del año pasado. Esta metodología asegura la calidad y consistencia de los vinos a pesar de las variaciones anuales en la cosecha.
La resistencia del viñedo a las duras condiciones climáticas y la robustez del sistema de crianza son cruciales para mantener la tradición vinícola en el Marco de Jerez, que incluye aproximadamente 1.750 viticultores y 100 bodegas en la provincia de Cádiz.








