QUIÉN ES QUIÉN
A MANO ALZADA
Las elecciones europeas del 9 de junio darán como resultado un Parlamento Europeo más fragmentado. La tradicional mayoría compuesta por los grupos Popular, Socialista y Liberal podría no ser suficiente para la investidura de quien se prevé sea la candidata a presidenta de la Comisión Europea.
Ursula von der Leyen tendrá que contar muy bien los votos y ponderar el contenido de las prioridades políticas si quiere ser reelegida en el cargo.
Las elecciones europeas del domingo 9 de junio son las más importantes de la historia de la UE. Esto es un reflejo de la constante evolución del club europeo, de la creciente trascendencia de sus políticas y de la necesidad de afrontar problemas cada vez más globales, como la pandemia, la crisis energética o la guerra en Ucrania.
Las elecciones europeas del 9 de junio darán como resultado un Parlamento Europeo más fragmentado
Además, la UE permite que los países europeos tengan gran influencia a nivel internacional, a pesar de su modesto tamaño, frente a gigantes consolidados, como China y Estados Unidos, o emergentes, como India o Brasil. Buena parte de nuestra geopolítica se juega en Bruselas.
Aritmética parlamentaria
Nadie puede negar que el balance de la Comisión Europea presidida por Ursula von der Leyen es considerable: compra centralizada de vacunas, Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, respuesta unitaria a la guerra en Ucrania, Pacto Verde, gestión de la crisis energética. A pesar de ello, la presidenta se tendrá que enfrentar a la enrevesada aritmética parlamentaria que saldrá de las elecciones del 9 de junio, si quiere ser reelegida al frente del Ejecutivo de la UE.
En primer lugar, Ursula von der Leyen deberá conseguir ser designada candidata en el Consejo Europeo de 27 y 28 de junio por mayoría cualificada, es decir, al menos quince países que representen al 65% de la población total de la UE. De entre los países grandes, parecen seguros los apoyos del canciller alemán Olaf Scholz y los presidentes de España, Pedro Sánchez, y Polonia, Donald Tusk.
Ursula Von der Leyen se tendrá que enfrentar a la enrevesada aritmética parlamentaria que saldrá de las elecciones del 9 de junio si quiere ser reelegida al frente del Ejecutivo de la UE
Emmanuel Macron es una incógnita, aunque es seguro que Francia tendrá una influencia importante en las negociaciones. Por su parte, Giorgia Meloni es el centro de todas las conversaciones por el peso de Italia en el Consejo Europeo y porque podría arrastrar votos en el Parlamento de los tres grupos políticos europeos (PPE, ECR e ID) en los que se encuadran los tres partidos de su gobierno.
Renovación de cargos de la UE
En el Consejo Europeo de junio también se negociarán las candidaturas para el relevo del presidente del Consejo Europeo, el liberal belga Charles Michel, la presidenta del Parlamento, la popular maltesa Roberta Metsola, y el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, el socialista español Josep Borrell.
En segundo lugar, una vez conseguido el respaldo del Consejo Europeo, la designación del presidente de la Comisión Europea necesita la mayoría cualificada en el Parlamento: 361 votos a favor.
Los tres grupos mayoritarios del Parlamento Europeo – Populares, Socialistas y Renew – suman 417 diputados y han apoyado las principales políticas y medidas durante la legislatura que termina. Al principio de la legislatura sumaban 444 diputados, pero sus números han disminuido por la expulsión de los húngaros de Fidesz de las filas de los Populares y por el Brexit, que afectó a Socialistas y Renew.
Los tres grupos mayoritarios del Parlamento Europeo suman 417 diputados y han apoyado las principales políticas y medidas durante la legislatura que termina
Las encuestas apuntan a que la suma de estos tres grupos podría ser de entre 385 y 400 diputados en el nuevo Parlamento debido principalmente a la caída del grupo Renew, ya que Populares y Socialistas se mantendrían.
Existencia de vetos cruzados
La horquilla de entre 385 y 400 diputados de los tres principales grupos no garantiza dicha mayoría por la oposición ya anunciada de algunas delegaciones nacionales. Recordemos también que en 2019 Von der Leyen obtuvo solo 383 votos de los 444 votos de los tres grandes grupos políticos. Además, la votación es secreta, un arma de doble filo que alargará el suspense hasta el recuento del último voto.
Son necesarios, por tanto, votos adicionales que podrían venir de los diputados Verdes o los Conservadores. El problema es la existencia de vetos cruzados: el voto de los Verdes ahuyentaría a los Populares y el voto de los Conservadores sería incompatible con el de los Socialistas.
Las encuestas también dan como resultado un gran número de diputados que no están adscritos a ningún grupo político, entre 80 y 115, frente a los 61 actuales. Una de la claves del inicio de la legislatura puede estar precisamente en estos diputados y su posible admisión en los grupos políticos existentes, proceso que se iniciará el 18 de junio y durará hasta principios de julio.
En estas fechas también se reconfigurarán los grupos Conservador (ECR) e Identidad y Democracia (ID). Hay partidos emergentes, como Fratelli d’Italia, que lidera Giorgia Meloni y otros más veteranos, como los franceses de Rassemblement National, bajo el liderazgo de Marine Le Pen. Se especula incluso con su fusión en un único grupo parlamentario, aunque es improbable por profundas discrepancias políticas, especialmente en relación con el apoyo a Ucrania.
Las encuestas también dan como resultado un gran número de diputados que no están adscritos a ningún grupo político, una de las claves del inicio de la legislatura
Por el momento, la votación de la Presidencia de la Comisión Europea está prevista para la semana del 16 al 19 de septiembre, aunque lo más lógico es que tenga lugar en la sesión plenaria del 16 al 19 de julio si el Consejo Europeo ya ha designado su candidato a finales de junio.
Luego vendrán la designación de los nuevos candidatos a comisario, el reparto de carteras, las audiencias en el Parlamento – que podrían ser bastante complicadas – y la aprobación de la Comisión Europea, muy probablemente en diciembre.
