En el año 2021, Europa publicó un Reglamento para crear la Empresa Común de Informática de Alto Rendimiento Europea, conocido como Reglamento EuroHPC.
No obstante, en 2024, la entrada en vigor del Reglamento de IA (entre cuyos fines están los de desarrollar una inteligencia artificial confiable que respete las normas, los valores y los principios de la Unión) obligó a actualizar dicho Reglamento, lo que se aprovechó para incorporar la creación de una figura, denominada “factorías de IA” como herramienta destinada a favorecer una IA fiable y ética.
Esta reciente modificación introdujo la definición de este nuevo concepto de calificándolo como:
entidad centralizada o distribuida, que ofrece una infraestructura de servicios de supercomputación de IA que está compuesta por un superordenador o una parte de un superordenador optimizado para la IA, un centro de datos asociado, con acceso específico y servicios de supercomputación orientados a la IA, y que atraiga y agrupe talentos con el fin de proporcionar las competencias necesarias para el uso de los superordenadores destinados a la IA;
¿Por qué son importantes estas factorías de IA?
A nivel técnico, las factorías de IA se componen de supercomputadoras potenciadas con inteligencia artificial que ofrecen capacidades informáticas muy superiores a las actuales, y que son las que las empresas y los investigadores necesitarán para desarrollar las capacidades de esta tecnología.
Europa debería ser capaz de impulsar nuevos usos industriales de la Inteligencia Artificial
Esto debe permitir a Europa a abordar nuevos y ambiciosos proyectos que reafirmen la competitividad continental en este nuevo terreno de juego digitalizado. Por ejemplo, el desarrollo de sistemas de IA o el entrenamiento de modelos lingüísticos europeos, en línea con los deseos de algunos estados miembros, como España.
En efecto, con estos ingredientes, Europa debería ser capaz de impulsar nuevos usos industriales de la Inteligencia Artificial. Pero también desarrollar modelos europeos de IA avanzados, potenciar el desarrollo de las pymes en sectores estratégicos, e impulsar avances en aplicaciones de IA en sectores tales como el de la salud, el medioambiente, la ciberseguridad, la educación, las artes y la cultura, la agrotech o las finanzas, o promover la investigación académica vinculando a las universidades con los centros de supercomputación y la industria, y abriendo, teóricamente, nuevas líneas de inversión en empresas europeas que aseguren un mayor grado de desarrollo empresarial.
Europa: continente IA
Sin embargo, este despliegue de factorías de IA a lo largo y ancho de Europa forma parte de un objetivo mayor, que tiene como meta la creación de un ecosistema dinámico que permita disponer de una infraestructura europea propia, sobre la cual construir nuevas capacidades y recursos con los que lograr potencia informática, datos y talento. Un hito estratégico para el futuro de Europa, sin duda.
El fin último de esta estrategia es el de convertir a Europa en “el continente de la IA”, respondiendo así a aquellas voces que afirmaban que la normativa que Europa se había apresurado a desarrollar para regular la IA iba a suponer un obstáculo o a penalizar gravemente su competitividad internacional, cuando no, su soberanía.
Esta iniciativa se convierte, así, en la primera de muchas acciones estratégicas, prioritarias para la Comisión Europea, que se prevé que vea la luz a principios de 2025, en concreto se ha anunciado el 1 de febrero.
Impacto socioeconómico y político
Desde una perspectiva exclusivamente económica, el proyecto también es relevante: las primeras fábricas de IA representarán una inversión de 1.500 millones de euros, combinando fondos nacionales y de la Unión Europea, especialmente a través de sus programas de digitalización.
A nivel geoestratégico, las factorías de IA, seleccionadas de entre las numerosas propuestas que han presentado distintos estados miembros, se alojarán en los principales centros de investigación y tecnología de toda Europa. En este caso, España es uno de ellos. En concreto, el Centro de Supercomputación de Barcelona, con el superordenador Mare Nostrum 5 como estandarte, alojará el BSC AIF, al que se unen otros países, como Portugal, Rumanía y Turquía.
Además, las factorías de IA en España y Finlandia contarán con una plataforma experimental, que proporcionará una infraestructura de vanguardia para desarrollar y probar modelos y aplicaciones de IA innovadores. Esto debe representar una oportunidad para que ambos países fomenten una colaboración intraeuropea que permita tejer líneas de trabajo comunes basados en el I+D+i.
Mirada al futuro cercano
La apuesta por la IA es clara. Sin embargo, se vislumbran otras tecnologías, como las cuánticas, que van a afectar de manera muy relevante a la IA, por lo que es importante que el esfuerzo que Europa está haciendo para no descolgarse del tablero de juego que para la IA han diseñado Estados Unidos, China o la India, no olvide el nuevo escenario que van a traer consigo las quantum technology, como tecnología disruptiva que está llamada a -de nuevo- cambiar el mundo tal y como lo veníamos conociendo.
SOBRE LA FIRMA
Francisco Pérez Bes es socio en el área de Derecho Digital de Ecix Group y ex Secretario General del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE).
