La anomalía Musk

El senador del PSOE y vicepresidente de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE, Pere Joan Pons Sampietro, analiza el papel que jugaron las redes sociales durante la última campaña norteamericana y que refleja el informe recién publicado de los observadores europeos

Tras la observación electoral con más presencia en la historia de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE (OSCEPA) y la Oficina de Derechos Humanos de la OSCE (ODHIR) -más de 190 observadores y expertos de más de 45 países- se acaba de publicar el informe definitivo de unas elecciones que dieron una victoria nítida a un candidato que cuestionó durante todo el proceso el sistema electoral norteamericano.

Donald Trump, en su campaña, de acuerdo con el informe final, puso en duda la imparcialidad de los agentes electorales y utilizó de forma estratégica un relato en el que vertía sospechas y también una acusación permanente de manipulación que además vinculó a la no aceptación de los resultados en caso de que la victoria no fuera la del candidato republicano.

Como Jefe de la Misión de Observación electoral de los Estados Unidos, no hay duda que el proceso fue, de acuerdo con nuestra observación, mucho más transparente de lo que presuponía Trump, aunque nuestras conclusiones destacan que el clima fue de gran polarización, con discursos cercanos al racismo y a la xenofobia, y con ataques de los candidatos muy cercanos al odio.

Donald Trump puso en duda la imparcialidad de los agentes electorales y utilizó de forma estratégica un relato en el que vertía sospechas

Todos estos aspectos, igual que la falta de una clara regulación en la donación de fondos como ya se ha ido poniendo de manifesto en el pasado, no dejan de ser elementos que ya se repitieron en previos comicios como en el 2022 y en el 2019. Sin embargo, de acuerdo con nuestro informe final, hay un elemento distorsionado que hemos querido destacar en el documento recién publicado.

De acuerdo con lo publicado en el informe definitivo de esta observación, la más importante jamás realizada por la OSCE, organización que componen 57 países, hay un antes y un después debido a la colusión entre poder tecnológico, político y económico que no tiene precedente debido que los algoritmos de las grandes corporaciones tecnológicas han dado apoyo y se han decantado de una forma evidente hacía uno de los candidatos de forma explícita.

Y lo han hecho al servicio del candidato republicano que hacía campaña junto al hombre más rico de la tierra y propietario de los instrumentos para diseminar información de la campaña, y eso además se ha traducido en un beneficio inmediato para las empresas de la persona que detenta su propiedad y que se valora en unos beneficios de centenares de billones de dólares desde el pasado mes de noviembre.

Hay un antes y un después debido a la colusión entre poder tecnológico, político y económico que no tiene precedente

Creo que es importante citar textualmente el informe final, porque es meridiano y además porque ha sido elaborado por funcionarios que tienen una larga experiencia en observación electoral y apoyado por observadores de más de 40 países y todo tipo de sensibilidades políticas:

La propiedad por parte de Elon Musk de la red social dedicada a la política con más influencia en el planeta, sumado a su activo rol de apoyo a la campaña de Donald Trump, ha causado preocupación en relación con que la red social se ha dirigido fundamentalmente a amplificar su propia voz (la de Elon Musk) y la del candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos”.

Por tanto, es evidente que hay un fenómeno nuevo, en el que ahonda el informe, que advierte de la profunda preocupación que supone esta situación para la democracia. En este sentido, el documento señala que existe una “preocupación que también se ha originado en relación a un acceso justo y equitativo a plataformas online para hacer campaña y hacer llegar discursos políticos por los candidatos de forma simétrica, puesto que hay una falta de transparencia y claridad en cómo los algoritmos influencian en la diseminación de información para un determinado contenido político, al mismo tiempo que hay falta de claridad en sobre cómo afectan estos networks en los usuarios”.

Uso, impacto y regulación

En este caso, es evidente que esta situación necesita al menos una profunda reflexión sobre la utilización de las redes, su impacto en las campañas, su regulación y por supuesto la tendencia a estar, como en el caso de las elecciones norteamericanas, apoyando a uno de los candidatos. De facto, hoy podemos decir que X ha sido la red del candidato republicano, a la vista de los elementos que hemos conocido a partir del 20 de enero de 2025 por parte de la nueva Administración Trump.

Finalmente, y lo que es más relevante del informe, es lo que se dice en este último apartado en relación al rol de las redes en las elecciones. Señala el informe que este “precedente único en la historia de poder mediático y apoyo político explícito podría alterar el curso político porque da un un espacio preeminente a ciertas políticas y líderes políticos que acaban teniendo un lugar prominente y preferente en el discurso público en plena campaña electoral”.

Esta situación necesita al menos una profunda reflexión sobre la utilización de las redes, su impacto en las campañas, su regulación y por supuesto la tendencia a estar, como en el caso de las elecciones norteamericanas, apoyando a uno de los candidatos

Esto supone un cambio novedoso y peligroso para la evolución electoral, porque si hasta ahora se hablaba de una injerencia externa de la tecnología por terceros países en procesos electorales, es el caso de Rusia en varios procesos electorales en Europa, hoy estamos hablando que la colusión de poder tecnológico, político y económico crea una injerencia interna y propia a los candidatos que puede acabar convirtiéndose en un una injerencia de Estado, y que el hoy presidente de los Estados Unidos acabe usando las redes como un elemento de desinformación, bulos y odio para hacer diseminar su discurso político en un espacio como el World Wide Web, que se creó para dar un acceso justo y equitativo a una información que hoy parece ser una arma de las partes.

Por tanto, estas elecciones abren un precedente peligroso, que exige delimitar el rol entre poder tecnológico, político y económico, y que ello se realice con una regulación urgente para garantizar procesos electorales justos y democracias liberales reforzadas, no vistas como una molestia por estos nuevos poderes tecno feudales.

SOBRE LA FIRMA: 

Pere Joan Pons Sampietro es senador por Mallorca por el Grupo Socialista y fue el Jefe de la Misión Electoral de la Asamblea Parlamentaria de la OSCE en las elecciones norteamericanas de noviembre de 2024.
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